Opinión

La falsa rebaja a los legisladores

Por Diego Armando Cárdenas Rendón

Después de un año de legislatura el proyecto de Ley que pretende quitarle prebendas a los congresistas comienza a tomar forma y acaba de pasar el segundo debate en el Senado; mejor tarde que nunca, dicen por ahí. Aunque la propuesta debió aprobarse hace unos cuantos años, obviamente siempre fue rechazada por los funcionarios ambiciosos que ven en la política la mejor manera de enriquecerse y no la tarea de ofrecer condiciones de vida digna a los colombianos.

Los legisladores perciben 43 millones de pesos mensuales por sus labores; es decir que un mes de su salario sirve para pagar el mínimo de 33 empleados. Una cifra bastante alarmante y que profundiza las desigualdades socioeconómicas en el país; de allí que sea necesario su replanteamiento.   

Ahora bien; a nadie le gusta perder privilegios y el ejemplo más claro en esta discusión lo dio la Senadora Liberal Karen Espinosa quien pidió saber en cuanto le quedaría su salario exactamente para decir si “le sirve o no”. Bastante decepcionante que alguien que trabaje tan duro, como nuestros senadores, no sepa cuánto se gana y más aún que no esté enterada de las discusiones nacionales, función para la que precisamente fue elegida. Lo realmente importante para ella es su cheque millonario mensual. ¡Que vergüenza!

El proyecto pasó con 84 votos; algunos condicionados, otros llenos de clientelismo, aquellos que se hicieron a conveniencia individual o partidaria y hasta me atrevo a afirmar que algunos estaban untados de corrupción. Pocos de nuestros dirigentes ven la importancia de esta propuesta para la ciudadanía y la economía del país; pues si por algo se caracterizan es por la poca consciencia que tienen frente al ejercicio representativo.

Aún en el buen camino que lleva la rebaja del sueldo a los congresistas, el panorama es poco alentador y uno de los culpables es el presidente Gustavo Petro quien en el mes de julio firmó un decreto que aumentó 14 % el sueldo de la rama legislativa y podemos explicar sus razones, pero no deja de ser un hecho reprochable a un Jefe que se tilda como vos del pueblo. Por otra parte, de aprobarse totalmente el proyecto comenzaría a regir en la legislatura de 2026, absurdo para los ciudadanos tener que esperar cuatro años para ver los resultados positivos y gran ventaja para los congresistas quienes por ahora seguirán llenando sus bolsillos y el golpe no será tan duro, ya que para entonces sea mucho o poco el desarrollo económico del país, su salario seguirá por las nubes a costillas del trabajo de los colombianos.

En conclusión, seguiremos en las mismas condiciones, con unos políticos que se venden como los salvadores pero que llegan a taparse de plata, un presidente que les sigue el juego y millones de ciudadanos en la pobreza y hasta en la miseria porque nadie hace cambios sistemáticos que beneficien plenamente la sociedad colombiana.

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