Opinión

Opinar, se volvió un peligro

Por Oscar Bayona Villada – Comunicador Social y Periodista

Con la llegada de las redes sociales muchas voces circulan por la red, muchas versiones se vuelven realidades y muchas opiniones son encasilladas. Esta columna de opinión la hago como ciudadano colombiano que nació en Bogotá, y quien desde los 8 años ha hecho su vida en Manizales, la escribo para que no se confundan con que es el director de BC Noticias, ni como Comunicador Social y Periodista, sino un ciudadano más.

Desde mi óptica se volvió un peligro opinar, porque las palabras de algunos se vuelven armas que laceran los sentimientos de las personas, perforan las ideas y encasillan en títulos de algo que duele en la historia de nuestro país. Se escudan en la libertad de expresión para ofender, difamar y arrasar con cuanto pensamiento no sea similar al de ellos.

Nuestro país y desde que tengo uso de razón ha estado marcado por la violencia, la desaparición, la guerra y el dolor de familias. Los que estamos en las ciudades no hemos sufrido la guerra, no hemos sentido las desigualdades de las personas que están en el rural disperso. En las ciudades somos afortunados y olvidamos que hay otros que sufren, pero no se necesita ser de izquierda o derecha para defender a los más necesitados, simplemente pasar de las redes sociales a las calles y unir a quien quiera sumarse para generar procesos de cambio.

Antes las noticias se daban en los medios tradicionales, pero hoy las redes sociales informan y desinforman, al punto de crear universos de verdades y mentiras. Nos quitaron la tarjeta profesional, sí un documento que avalaba al profesional, pero hoy cualquier ciudadano con un celular, plan de datos y que le coloque el nombre del territorio y noticias, se gradúa de periodista en las principales redes sociales, donde día a día crecen con vídeos, fotos y post que solo buscan seguidores y aumentar un número de avatares, que podrán ayudar a aumentar el alcance. Se les olvida a muchos los esfuerzos que hacen los padres de familia para que podamos ser profesionales universitarios de Comunicador Social o Periodista e incluso que hay desigualdades para obtener un empleo digno y bien pago, sí la gran mayoría debe trabajar al lado de un político, o incluso los políticos también gradúan profesionales para que les maneje el Face. Después hablaré de eso… 

La contienda electoral, los errores de los mandatarios y las cosas que pasan en las ciudades, crean múltiples versiones y visiones distintas de lo que debe ser, pero algunos ciudadanos han fallado en el respeto por las opiniones, al punto que se volvió común el surgimiento de bodegas que se tiñen de colores políticos, que no tienen escrúpulos, porque hay que defender al líder político o sus ideales, sin importar qué pasa.

Nuestro país ha sufrido, ha tenido los momentos más tensos para las generaciones recientes. Primero fue el estallido social que evidenció que hay necesidades de un pueblo, que hay desigualdades y que hay incumplimiento del Estado a lo largo de los años, pero también opinar de ello, se volvió otro factor de división en Colombia. Si apoyas al que marcha eres el bueno, pero si apoyas al Policía eres el malo, y quiero llegar a la conclusión que no todo el que marcha es malo, no es vándalo y no puede ser catalogado como bandido, simplemente alza su voz de protesta para que el Gobernante sordo escuche al pueblo y haga algo por mejorar las cosas. No todo aquel uniformado, sea Policía o Militar es un asesino o un paramilitar, ellos simplemente defienden a nuestras ciudades, cuidan a las familias, desarrollan procesos de acción social y se sienten orgullosos de portar un uniforme. No todos son malos y mientras no nos pongamos en el zapato del otro, las cosas seguirán igual.

Se volvió común culpar a los medios de comunicación y en especial por algunos errores de los grandes que están en Bogotá, a quienes les corren los funcionarios públicos, les filtran información de los hechos que ocurren en los departamentos y miran a los periodistas de las regiones por encima del hombro, como si tener un acentico marcado y vivir en Bogotá fuera la gran cosa. No señores, en las ciudades también hay periodismo, también hay grandes medios, también hay gente responsable, pero si me duele que personas crean que nos formaron para ser «paracos», porque eso se lo leí a un artista de esta ciudad, que no toleró mi opinión por el caso reciente de vídeos de Roy, porque, aunque las campañas políticas no se sientan a tomar el tea, los colombianos esperamos que los que prometen ser el cambio, lo sean y no más de lo mismo. Cada quien ya sabe por quién votar.  

Los periodistas no somos superestrellas, simplemente tenemos un gran poder de comunicar, informar y construir sociedad y escuchar todas las voces. Cada uno tiene su teoría del deber ser del periodismo, pero yo aplico las mías desde mi experiencia, y a diario hay autoevaluación para que en Manizales y Caldas crezca la confianza en los medios de comunicación, y sí puedo decirlo con orgullo, la gente confía en BC Noticias. Sí, se puede ser Superman y Clark, Sí, se puede ser Bruce y Batman, son dos seres distintos, porque, aunque yo piense distinto, BC Noticías también será distinto y publicará cosas que en ocasiones yo no comparta.

No puedo catalogar a todos los abogados como comprados, vendidos, e injustos, porque en este país reina la injusticia, la impunidad y la protección a los más bandidos, pero llevan del bulto los más desfavorecidos. Lo digo porque algunos profesionales del derecho culpan a los medios de nuestra labor, pero no creo que se culpen así mismos cuando ven que la justicia favoreció a otro y no fue al de ruana.

Quiero concluir con lo siguiente: la amistad, el pensamiento y las visiones de lo que debe ser lo mejor para nuestro país, está en la diversidad, en el entender a personas de izquierda, derecha y centro, y en especial en no agredir hasta el punto de meterse con las familias. Seguramente algunos no tuvieron bases cimentadas de respeto y que no todo vale.

En una semana elegiremos a quien llevará las riendas de nuestro país, pero tristemente nuestra democracia perdió por los hechos recientes de lado y lado. Ojalá exista un cambio, ojalá esta semana que viene no sea como la que pasó, y ojalá la gente comprenda que, aunque hay visiones distintas, gustos políticos distintos, no debe haber imposiciones y categorías de buenos y malos, cuando al día siguiente de las elecciones, seguiremos levantándonos a trabajar, a buscar el pan para la casa y en especial a seguir soñando para tener un país mejor.

BC Noticias

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