Por Sergio López Arias
En el marco del estudio del proyecto de ley de reforma política, propone el gobierno nacional la posibilidad de abrir la puerta nuevamente para que los militantes políticos, y en particular miembros de corporaciones públicas, particularmente concejos municipales y Asambleas departamentales, puedan cambiar de partido o movimiento político en el año anterior a las elecciones a realizarse en octubre de 2023, sin incurrir en doble militancia.
Una norma necesaria para consolidarse los movimientos progresistas en el poder, fortaleciendo su presencia en las elecciones territoriales del próximo año, sin embargo debemos considerar que quienes harán uso de tal figura no son jóvenes del nuevo progresismo que espera el país, son en su mayoría muchos políticos que actualmente pertenecen a los partidos políticos tradicionales, es decir, lo que busca el gobierno nacional es reencauchar en los territorios liderazgos de la política tradicional para fortalecer las elecciones los cargos de alcaldes y gobernadores que por lógica si serán de sus entrañas progresistas.
No sé hasta qué punto los partidos de la bancada de gobierno tengan claro el daño que pueden generar aprobando la norma aludida en vísperas de las elecciones territoriales, o si por el contrario es tanto el desgaste histórico de algunos partidos que se ven representados ideológicamente por el pacto histórico como movimiento político; pero de igual manera quisiera entender un poco, si en el evento que el transfuguismo en los niveles territoriales generen una ola de nuevos miembros al pacto histórico, ¿cómo se manejarían la conformación de listas de candidatos a las corporación públicas?, ¿será que se dará prioridad a los jóvenes y militantes de base del progresismo o estará dentro de los acuerdos la posibilidad de curul para los nuevos miembros?.
Por otro lado debemos indicar que el efecto de la norma para la oposición será también supremamente positivo, en razón que quienes no ven en el presidente Gustavo Petro un líder ni en su partido una aire de verdadero cambio para el país, terminarán acompañando la línea opositora que sin lugar a dudas está generando nuevos liderazgos alrededor del expresidente Álvaro Uribe y lideres como el excandidato Sergio fajardo, Germán Vargas Lleras y el exsenador Jorge Robledo.
Por lo anterior, de aprobarse la norma aludida tendremos en el próximo año de elecciones locales un marcada división partidista del país, mucho más profunda que la presenciada en las elección de segunda vuelta presidencial, por eso no será extraño que quienes no renunciaron a sus partidos un año antes, los veremos como candidatos de otros partidos; preparados entonces que la lista de precandidatos en los municipios no está decantada, serán muchos más los que puedan llegar en el marco del transfuguismo electoral.
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