Por Sergio López Arias
Hasta el año 2018, el Congreso de la República concedió un espacio para regular mediante ley Estatutaria el Estatuto de la oposición política, el cual frente a las corporaciones públicas territoriales se aplicó en el periodo constitucional que inició el 1 de enero de 2020, es decir, frente a los actuales concejales de nuestros municipios; dentro del mes siguiente al inicio del periodo de gobierno municipal los concejales debían definirse públicamente en alguna de tres situaciones: 1) en oposición, 2) independientes; 3) como organización del gobierno.
El ejercicio del poder ejecutivo implicó que la mayoría de concejales lograran mediante los compromisos partidistas respectivos declararse como organización del gobierno, no obstante lo novedoso del concepto, hoy podríamos definir entonces cual fue la conducta de aquellos que se declararon públicamente en tal condición a la luz del artículo 6 de la ley relacionada; pareciera entonces que estos, confundieron su declaración con la renuncia a la función Constitucional de realizar control político a los ejecutivos municipales, afirmación que realizo a partir de diferentes tintos con concejales en especial de la zona centro sur de Caldas, quienes coinciden en contestarme que ser de gobierno es aprobar lo que diga el alcalde, sin ningún tipo de reproche o control en aquello, que no consideraban prudente para el respectivo municipio, respuesta frente a la cual con algo de cinismo pero no buscando lastimar a nadie, afirmé que en muchos municipios los concejales del gobierno parecían más un comité de aplausos que miembros de una corporación pública.
Considero que los concejales que se declaran como organización del gobierno no pierden por tanto la voz ni el ejercicio del control político, sobra decir que es este el ejercicio más importante de las corporaciones públicas por encima de la aprobación de los acuerdos municipales; ser de gobierno es tener un pensamiento concordante con el plan de desarrollo del ejecutivo municipal, por tanto, su apoyo de gobierno es brindar un mensaje al ejecutivo de contar con estos concejales para aquellos proyectos de acuerdo municipal, que hagan efectivo el Plan de desarrollo propuesto, en tal sentido, declararse públicamente de oposición es no compartir las acciones del plan de desarrollo como necesidades del territorio municipal para el respectivo cuatrenio, por tanto es lógico, que si no se vota favorablemente el plan de desarrollo como un instrumento de planificación del territorio para los cuatro años de mandato, consecuentemente los proyectos de acuerdo que pretendan desarrollar el mismo deberán ser negados.
No obstante, tanto gobierno como oposición deben garantizar el control político en el ejercicio de administrar que se desarrolla por el ejecutivo municipal, en su sector central como descentralizado; esperemos elegir concejales y alcaldes que sepan diferenciar estos conceptos y no terminen limitando uno de los núcleos esenciales de la democracia como lo es el control político, en desarrollo del sistema de pesos y contrapesos.
BC Noticias
