Opinión

Una meta para los jóvenes

Por Diego Armando Cárdenas Rendón.

Es sabido por todos que Gustavo Petro tiene la costumbre de hablar más de la cuenta a la hora de plantear acciones que promueven los cambios que necesita el territorio nacional, pues lo hace desde su emotividad, sin tener en cuenta las dificultades que puede acarrear su cumplimiento. Prueba de ello fue la promesa de campaña de liberar a los jóvenes capturados durante las protestas sociales del 2021, los denominados “Primera Línea”; como si tuviera todas las potestades para decidir a su antojo quien entra o sale de la cárcel. Según el presidente, solo son muchachas y muchachos inocentes que exigen en las calles las oportunidades que los gobiernos anteriores no les han brindado.

Sus demandas fueron y siguen siendo totalmente válidas y coherentes con una época y un país que solo obstaculiza sus sueños. De nada sirve terminar la secundaria si el acceso a la educación superior se ve truncado por factores económicos o geográficos; en cuanto al acceso a empleos dignos las preguntas son: ¿para qué hacer una carrera si los empresarios colombianos priman la experiencia sobre la preparación? ¿para qué formarse académicamente si no hay empleo y los salarios ofrecidos son paupérrimos? ¿para qué alianzas academia-empresa si los puestos están reservados para los egresados de instituciones privadas? ¿para qué leyes si los grandes empresarios manejan el país a su antojo?

Gustavo Petro comprendió los gritos juveniles y siempre se mostró contrario a las consecuencias jurídicas de sus manifestaciones, no se sabe si lo hizo por obligación moral o por conseguir los votos que lo llevaron a la presidencia, lo que sí es claro , es que ha tratado de mejorar las condiciones de vida de esta población. Esta semana, después de tantas conjeturas, suposiciones y críticas, finalmente se publicó el Decreto 2422 de 2022 que traza el plan de acción para iniciar el proceso de reconciliación con dichos jóvenes. El documento está enmarcado en la Ley 2272 de 2022 (Ley de Paz Total) y establece una comisión conformada por los Ministerios de Justicia, Defensa, Interior y el Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), quienes estudiarán cada uno de los casos de los jóvenes detenidos.

Ahora, si bien el gobierno ha contemplado liberarlos, no solo con el afán de cumplir su promesa de campaña, sino también porque son una muestra de la crisis laboral y académica de millones de jóvenes en el país, excluidos por la sociedad y el Estado; tienen que dejar de ser estigmatizados por el solo hecho de expresar sus inconformidades. La policía, la justicia, los partidos políticos tradicionales y por ende la sociedad en general, se han convertido en jueces y jurados de un grupo que ha sido víctima de las grandes fallas del sistema colombiano y se han encargado de señalarlos como delincuentes, revoltosos, guerrilleros y un sinfín de prejuicios.

Inicialmente, el presidente había propuesto que los integrantes de la “Primera Línea” se convirtieran en Gestores de Paz, sin embargo, esta figura está reservada para miembros de grupos armados en proceso de desmovilización, de ahí que haya sido refutada por la oposición y la misma justicia. Además, convertir a estos jóvenes en Gestores de Paz es contraproducente; primero, porque sería darle un estatus de guerrilla o paramilitar a un colectivo que no se encuentra alzado en armas y segundo, porque sus peticiones son más sociales que políticas.

Aún en estas circunstancias, Petro no abandonó la idea de acompañar y apoyar jurídica y socialmente estos jóvenes, al punto de lograr, en compañía de la comisión mencionada, la liberación de siete de ellos. Una meta, que más allá de beneficios políticos, demuestra que quiere realizar los cambios que exige este segmento poblacional y, a su vez, infunde cultura de respeto y tolerancia, eliminando los prejuicios de los que han sido víctimas en la historia del país.

Solo resta esperar que la dinámica de apoyo a la juventud siga por ese buen camino para arrebatársela a la delincuencia, la drogadicción o los grupos armados, acceda a las oportunidades que tanto reclama y sea ella quien construya los cambios que necesita la historia colombiana.

BC Noticias

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