Opinión

Los oportunistas del país

Por Diego Armando Cárdenas Rendón

Colombia es un país que se considera democrático y por ende debe permitir y garantizar las protestas pacíficas. Los sectores sociales y políticos, a partir de este principio, han sentado voces críticas frente al rumbo del país. Los militares no son la excepción y sus miembros retirados se pronunciaron en las principales ciudades el pasado miércoles en contra de las acciones que ha venido tomando el gobierno de turno en cuanto al orden público. Según un portavoz de la organización FARO (Foro Ampliado de Reserva Organizada); dichas acciones irrespetan las Fuerzas Militares y la Constitución Política.

Llaman la atención dos cosas ocurridas alrededor de esto. La primera, es que la comunidad militar en reserva toma una postura de oposición al gobierno nacional; algo a lo que se debe prestar atención dado que históricamente la fuerza pública siempre ha inclinado su balanza hacia la derecha y ultraderecha, es decir que la izquierda en el poder los tiene bastante incómodos. Por ende, se puede afirmar que fue una protesta con tintes políticos, por más que la organización mencionada lo negara. El segundo punto que vale la pena mencionar es el conjunto de expresiones de supuesto apoyo a los retirados de varios dirigentes; quienes aprovecharon la coyuntura para reiterar su oposición a todas las acciones gubernamentales. Se dieron el pantallazo como los buenos oportunistas que son. Más allá de eso, no realizaron aportes sustanciales. 

La postura de los militares es comprensible. Primero por el historial de violencia que ha sufrido el país en los últimos setenta años. Las confrontaciones con grupos armados ilegales han dejado secuelas y miles de ellos han sido víctimas de la guerra colombiana. Por otra parte, las Doctrinas de la fuerza pública en torno al Enemigo Interno y que llevaron a radicalizar sus miembros también juegan un papel importante, pues les cuesta aceptar otras posturas y entre ellas la izquierda democrática.

Pero precisamente, estamos en un momento histórico en el que es menester dejar atrás los resentimientos y empezar a trabajar en la reconciliación con los otros ciudadanos. Profundizar estas diferencias, a través de opiniones y acciones no permitirá que el país avance a mejorar la calidad de vida de todos los colombianos. Son esos los obstáculos que se deben superar para llegar a la Paz. Si, es difícil, pero si se continúa viviendo en el pasado y alimentando los remordimientos nunca habrá tranquilidad para la nación. 

Ahora bien, pedirle a dirigentes políticos como María Fernanda Cabal o Enrique Gómez que cambien sus posturas o que apoyen las decisiones que mejoren el estilo de vida de los colombianos es una tarea imposible. En este primer año de gobierno solo han demostrado tenacidad para impedir los cambios que necesita el país. Lo que si tienen que hacer es respetar los espacios; dejar su oportunismo a un lado y no subirse al bus de las protestas sociales de los demás sectores cada vez que las realicen. Basta de robar imagen y si quieren protestar pues que convoquen sus propias manifestaciones ya que la Constitución lo permite.

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