Opinión

Realidad de los nuevos partidos políticos

Por Juan Felipe Restrepo

En Colombia los partidos políticos fueron representados (más no fundados ni constituidos) en sus inicios por dos grandes caudillos relevantes para la historia del Estado y la Nación, los cuales fueron abanderados ideológicamente por Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, el primero de ideas Centralistas y el segundo de ideas Federalistas, las cuales en su momento llevo a varias disputas entre los independentistas.

Hoy, los partidos políticos, siendo una figura jurídica, participativa en pro de la colectividad y asociados con ideas semejantes, son un espectro galante de la democracia, y aunque atraviesan dificultades para cumplir con las expectativas de los ciudadanos, aún mantienen un papel fundamental ante la proyección de la sociedad.

Por eso, aunque los partidos estén en crisis, es importante que en un Estado soberano ante sus nacionales, nunca deje de establecer estos mecanismos, lo cuales son un medio relevante para la toma de decisiones que afectan al poder primario (la gente), ya que sin estos es imposible establecer una democracia organizada y representativa.

Aunque estas herramientas son fundamentales para la sociedad y las decisiones de mayor magnitud para la población, es importante manifestar que se le ha dado un mal uso desde tiempo atrás, puesto que nos quedamos en el actuar de la historia, donde nuestros fundadores eran una representación ideológica, pero nunca causas establecidas en una generalidad continua, con esto refiero es que los partidos deben ser configurados por principios ideológicos, más no por personas pro caudillistas y familias de alto poder político, que es la realidad colombiana.

Así es, los partidos políticos en la actualidad son una base de poder representada no en propósitos colectivos, si no, en situaciones particulares de poder, incluso hablar hoy de más 35 partidos según la última actualización del Consejo Nacional Electoral, no es hablar en prima fase de 35 colectividades de diferentes ideologías, es hablar con gran cantidad de familias, o en su defecto personajes pro caudillistas que quieren centralizar su propia fuerza debido a que en los partidos tradicionales tenían que compartir poder, incluso debatirlo, y esto es algo complejo porque como vamos y no es utópico decirlo, pero llegaremos a que cada ciudadano quiera tener su propio partido, quizás un poco exagerado pero a la vez no tanto.

Pero pospuesto que todos los colombianos tienen derecho a constituir partidos y movimientos políticos, a organizarlos y a desarrollarlos, a afiliarse y retirarse de ellos libremente y a difundir sus ideas y programas, pero aquí la circunstancia es que los factores de representación son muy semejantes a otros, incluso si analizamos el entorno actual, gran proporción de los nuevos partidos son híbridos estructurales y dogmáticos del Partido Liberal Colombiano.

Concluyo diciendo, los partidos son instituciones establecidas como herramientas para la sociedad en pro de la voluntad popular, más no instrumentos para intereses particulares o incluso consecuencia de disgustos entre militantes de una colectividad, y por ello, es importante entender que un partido nuevo no es igual a renovación, pero si es igual a una consecuencia entre la disputa del poder. 

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