Opinión

Nada puede malir sal con Sarabia y Benedetti

Por Julián García

Gobernar es muy difícil, pero se hace mucho más si al interior del gobierno están los enemigos. 

Decir que lo anticipamos en plena campaña es llorar sobre la leche derramada, pues  intentar cambiar las formas políticas de este país con quienes históricamente han estado en el statuo quo, era imposible, porque esos cambios justamente los afectarían a ellos y a sus privilegios, pero fue la decisión y defensa del presidente Gustavo Petro y de muchos de sus seguidores los que permitieron y decidieron recibir ese nefasto apoyo. Es más, en redes sociales había una guerra cada vez que se decía algo en contra de esos “prohombres” que hoy tienen a este país y a su gobierno en el escarnio público. 

Haciendo un análisis muy básico sobre las personas que han generado los escándalos de este gobierno podría decir que, todos ellos han estado en la política tradicional. Empecemos por el ministro de las TIC y exdirector del DAPRE, Mauricio Lizcano, que por querer quedar bien con el presidente hizo comprar suntuosas e innecesarias, generando la indignación de los colombianos que esperaban que este gobierno alternativo actuara con austeridad y viviera como la mayoría de los colombianos, ese escándalo le hizo revivir a Lizcano varias acusaciones de su pasado en el Congreso de la República, y una disputa de poder que terminó perdiendo con Laura Sarabia.

Después Roy Barreras con los micos que quería meter en la reforma política, que por fortuna se hundió, dejó en evidencia las ansias desmedidas de poder de este senador por cuadrar leyes a su conveniencia para después participar en el gobierno como ministro. Sin contar que el Consejo de Estado anuló su elección por doble militancia.

Y ahora, esta pelea visceral entre Laura Sarabia y Armando Benedetti, dos personas que tenían altos cargos en el Gobierno Nacional y que al parecer no les bastaba porque esa lucha era para ver quién tenía o lograba una mayor cercanía con el presidente, todo se salió de control y aparecieron no solo las chuzadas de las cuales nos hemos quejado y repudiado en gobiernos anteriores, sino también por esos audios bochornosos y vulgares que hacen quedar muy mal a la clase política.

Podría parecer paradójico que los protagonistas de estos escándalos pertenecieron al Partido de la U, y fueran en su momento fieles alfiles del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Sin embargo, nada es extraño porque ese ha sido su actuar común, pero así los aceptaron Petro y los partidos políticos alternativos que lo acompañaron y que dejaron evidencias en vídeos públicos del profundo orgullo que les producía hacer alianzas con ellos y en tarimas públicas defendían unas “mismas ideas”.

Esto sin contar con los escándalos que han generado Nicolás Petro, Francia Márquez, Verónica Alcocer, Irene Vélez, ministra de Minas, y el mismo presidente Gustavo Petro quien no es capaz de dejar quietos sus dedos para trinar en contra de los medios de comunicación.

Estos hechos no se pueden cambiar, pero el presente y el futuro sí. Querer hacer un gobierno alternativo con la política tradicional es imposible. Hoy la opción tiene que ser, sacar a los enemigos internos que tiene este gobierno.

[email protected]

@julianelpolit

BC Noticias

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Esta página utiliza Cookies    Más información
Privacidad