Cuando Santiago Gutiérrez Giraldo entró a primero de primaria, era muy tímido como muchos niños de su edad. Se le dificultaba expresarse adecuadamente y acercarse a las demás personas. Aunque a veces el colegio ayuda, niños como él en muchas ocasiones pueden verse aislados, tener bajo rendimiento académico y hasta terminan dejando el colegio.
La familia de Santiago no contaba con los recursos para matricularlo en un colegio privado, con una educación más personalizada que le ayudara a ser menos ensimismado. Sin embargo, el colegio público donde estudia tenía una poderosa herramienta para ayudarlo: Escuela Activa.
Escuela Activa es un modelo pedagógico que fomenta el aprendizaje participativo y colaborativo. Además, para enfrentar la vida desde temprana edad, se enfoca en desarrollar las competencias socioemocionales de los niños. Por ello, se trabaja en equipo como abejas y las aulas se convierten en espacios encuentro y construcción colectiva del aprendizaje.
Niños más empoderados y colaborativos
“Yo antes era muy tímido y esto me ha ayudado a integrarme y también a mejorar la comprensión lectora y las matemáticas, que era una de las materias más difíciles para mí. En Escuela Activa trabajamos en mesas de forma hexagonal, como las abejas, que trabajan en equipo”, cuenta Santiago, quien ya cursa quinto de primaria.
Santiago estudia en el Colegio León de Greiff, una de las 23 instituciones educativas públicas de Manizales en los que se aplica este modelo, enfocado en promover la participación del niño, prepararlo para enfrentar la vida e impulsar el trabajo colaborativo y la autonomía, entre otros aspectos.
En el modelo educativo tradicional, los estudiantes tienen generalmente un rol pasivo y están enfocados en lo académico. Escuela Activa rompe esta mirada clásica que contrasta con las necesidades del sector productivo, que está demandando más que las propias competencias técnicas, las socioemocionales.
De hecho, estudios del Banco Mundial muestran que la importancia que les dan las empresas a las habilidades socioemocionales de sus colaboradores es del 51%, cuando a las habilidades técnicas le dan un 16%.
Así lo hace Escuela Activa
Un aspecto particular de Escuela Activa es que las clases se desarrollan en mesas con pequeños grupos de niños. En cada una de ellas hay roles de liderazgo rotativos y todo se basa en trabajo colaborativo. Además, cuentan con una caja de herramientas socioemocionales que también ayudan a que los estudiantes expresen cada día sus estados de ánimo.
Pero no todo se queda en la escuela. “Como familia participamos en sus tareas. En las cartillas hay trabajos colaborativos y preguntas para la gente de la casa. Eso nos hace reunirnos para aprender cosas nuevas y nos conecta en cuanto al aprendizaje y las emociones. Nos hace estar más unidos”, menciona Lina María Giraldo, madre de Santiago.
¿Cómo se logró?
Para aplicar el modelo Escuela Activa, se unieron la Alcaldía de Manizales y Fundación Luker, con la Fundación Cinde como aliado operador. De hecho, en el 2020 se desarrollaron unos instrumentos propios para la evaluación de competencias socioemocionales para este programa, en colaboración con el Banco Mundial y la Fundación Corona.
Aunque Escuela Activa ya está en el 63% de los colegios públicos urbanos de Manizales, la apuesta es llevarlo a más instituciones educativas locales e incluso proyectarlo a otras ciudades o países que quieran que miles de niños como Santiago manejen sus emociones y le aporten al cambio.
El impacto de Escuela Activa
– Los estudiantes de la Escuela Activa mostraron un mayor nivel en 12 de las 15 competencias socioemocionales evaluadas, comparados a los de colegios que no tienen el modelo (OCDE, 2019)
– Beneficia a cerca de 20.000 niños cada año
– Reconocimientos: Dubai Award for Best Practice (UN-Habitat), Reimagine Education Regional Award (Latin America) (Wharton-QS) y REDUCA (Chile) a las prácticas innovadoras en educación. También menciones del Inter-American Dialogue PREAL y la OECD.
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