En Aranzazu, técnicos de saneamiento de la Dirección Territorial de Salud de Caldas, en colaboración con la Policía, llevaron a cabo una inspección en expendios de carne que resultó en el decomiso de aproximadamente 800 kg de carne de res y cerdo que se transportaban en un mismo vehículo de carga. Esta acción se realizó debido a la violación de normas sanitarias que prohíben el transporte simultáneo de dos especies diferentes de animales para consumo humano en un mismo vehículo.
Esta medida se llevó a cabo en estricto cumplimiento de la resolución 240 del 2013, la cual prohíbe el transporte simultáneo de dos especies diferentes de animales destinados al consumo humano en un mismo vehículo. Esta restricción tiene como objetivo evitar la contaminación cruzada, que se refiere a la transferencia de microorganismos de una especie animal a otra, lo que puede representar un riesgo para la salud pública.
William Andrés Vargas, referente de alimentos de la DTSC, señaló: “La intención de nosotros, nunca es ir en contra de los comerciantes, lo que buscamos es velar por la salud pública del departamento de Caldas y al verificar las guías de transporte de las canales, se encontró que no correspondían a la carne que se encontraba en el vehículo, ya que una de esas guías mencionaba que se llevaban 26 canales de cerdo y que iba dirigida a Dosquebradas-Risaralda, cuando realmente solo iban tres cerdos y se encontraban en el municipio de Aranzazu, por lo que no coincidía nada”.
Además del decomiso de la carne, esta situación conlleva procesos sancionatorios. Toda la documentación y las evidencias se entregan al área jurídica de la DTSC, que inicia un proceso de sanción que puede resultar en el cierre del establecimiento o la suspensión de las actividades del vehículo, además de una multa económica.
Se hace un llamado a la ciudadanía para que denuncie este tipo de actuaciones ante la DTSC, la Policía en los CAI, inspecciones de Policía o alcaldías municipales. Esto es esencial para combatir el sacrificio clandestino de animales para consumo humano, que está totalmente prohibido. La mala manipulación de estos productos puede poner en riesgo la salud de la población y, en casos extremos, puede ocasionar enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) que incluso podrían resultar en la muerte del consumidor.
Se insta a los involucrados en este tipo de procedimientos a cumplir con la normativa establecida en el Decreto 1500 del 2007, la Resolución 240 y la Resolución 242 del 2013, y a acatar las observaciones que realiza la autoridad sanitaria durante las visitas para garantizar la seguridad alimentaria de la población.
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