Por Gabriel Alfonso Mogollón Rojas
www.manizalescomovamos.org
Desde la puesta en marcha del programa Manizales Cómo Vamos en el año 2012, además de las acciones desarrolladas por el programa para poner los datos en la discusión pública, internamente se ha desarrollado un repositorio de datos de gran valor para la historia de la ciudad.
A través de ello, podemos, más allá de analizar los cambios entre un año y otro, conocer las tendencias, conocer esos comportamientos que nos anteceden y trazar una posible ruta que tendrá la ciudad según los esfuerzos de todas las instituciones y personas que buscan la mejora del territorio.
Datos que cada vez se ratifican más; son más las defunciones que los nacimientos en la ciudad y la sociedad empieza a concentrar su población en los adultos mayores, algo que nos traerá nuevos retos en el futuro.
Sociedades cada vez más envejecidas configurarán nuevas conformaciones del hogar. La decisión frente a tener uno o más hijos en las familias puede verse postergado en el tiempo o incluso, algo que quizá nunca sea concretado, a su vez que es más notable la presencia de una mascota en los hogares de Manizales. Según la Encuesta de Percepción Ciudadana de Manizales, para el año 2022, el 60,7% de los hogares tenía mascotas, una característica de poblaciones envejecidas y de las nuevas generaciones, en donde los cambios en las preferencias son cada vez más notables.
Así que, es inevitable pensar en el futuro, ¿cómo será la futura sociedad manizaleña? ¿cómo podemos asegurar el bienestar? Y, aún más importante, ¿cómo continuar garantizando una esperanza de vida cada vez mayor?
Las proyecciones de población del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) nos indican que, para el año 2023, en la ciudad hay 454.494 habitantes, de los cuales 92.979 son adultos mayores, correspondiendo al 20% de la población total; mientras que, para el año 2.035, las proyecciones indican una población de 475.168 habitantes, en donde habrá 119.989 adultos mayores que concentrarían una cuarta parte de la población total, esto supondría un cambio demográfico con grandes retos: buena salud, pensión adecuada para suplir las necesidades esenciales (además de un sistema pensional sostenible), sistema sanitario de calidad, políticas públicas que garanticen la asistencia, infraestructura vial para peatones de mayor edad, cambios en los patrones de consumo, acondicionamiento de las áreas de trabajo, entre muchos otros factores.
Retos para el futuro tendremos ante el envejecimiento de la población en ámbitos como el empleo, la producción de bienes y servicios y el relevo generacional en las empresas e instituciones.
Se tendrán que analizar alternativas, lograr el aumento de los nacimientos, mejorar la integración de migrantes, reorganizar la economía, la distribución de los recursos, las oportunidades laborales formales; serán retos complejos, pero se podrá estar seguros de que el envejecimiento poblacional representará cambios profundos que mejorarán nuestras sociedades. Aunque, quedará como interrogante cuál podrá ser el impacto del envejecimiento sobre la innovación y el desarrollo y la necesidad de una mayor automatización en las empresas.
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