Por primera vez en la historia de Colombia, las comunidades afectadas por el narcotráfico y la guerra contra las drogas participaron en la creación de esta política nacional.
La construcción se dio de abajo hacia arriba. Es decir, desde los saberes y vivencias de las personas de las zonas rurales y vulnerables que han sufrido los efectos de la guerra.
Para ello, se organizaron 27 espacios territoriales en 16 departamentos, cubriendo más de 150 municipios e involucrando a mujeres, jóvenes, pequeños cultivadores y consumidores.
Se desarrollaron 61 mesas técnicas interinstitucionales y sesiones con aliados estratégicos. Además, se conformó la Comisión Mixta de Coordinación y Seguimiento para la construcción de la política, la cual está compuesta por 11 entidades nacionales y voceros de 10 sectores de la sociedad civil.
Colombia busca cambiar hacia un paradigma centrado en la vida y el medio ambiente, priorizando la salud y el bienestar, sin descuidar la lucha contra el crimen. Esto se conseguirá con oxígeno para los pequeños cultivadores y asfixia para los narcotraficantes.
La Política Nacional de Drogas 2023-2033 reconoce que el mercado de drogas es un problema transnacional. Bajo el principio de responsabilidad compartida, todos los países deben abordar conjuntamente este flagelo, evitando que los costos recaigan principalmente en los productores y países de tránsito.