Sector servicios no habría contribuido al desempleo en Latinoamérica

Ante la creciente demanda de mano de obra en sectores relacionados con los desarrollos tecnológicos, los cambios en los perfiles laborales durante las últimas décadas (1990-2016) no tuvieron un impacto significativo sobre los altos niveles de desempleo que sufre la región.

A esta conclusión llegó Jesús Cristóbal Ruiz Torres, magíster en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien considera que este bajo impacto en países latinoamericanos puede estar relacionado con factores como la informalidad y con un menor requerimiento de formación técnica avanzada. 

Al explorar por primera vez los efectos macroeconómicos del cambio sectorial en la tasa de desempleo de las economías de América Latina entre 1990 y 2016, la cual durante ese periodo pasó del 6,1 al 8,3 %, el investigador encontró que esta tendencia no solo se vivió en Colombia, sino también en países como Brasil, Chile y Perú. 

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre 1990 y 2014 unos 7 millones de personas pasaron al desempleo en Latinoamérica, en parte a causa del crecimiento demográfico natural y a situaciones como las generadas por los precios del petróleo. 

El investigador explica que el desempleo, una de las variables que más afecta el bienestar de una sociedad, despertó su interés ante los efectos de la reciente crisis por la caída de los precios del petróleo y el aumento del dólar, hechos que desaceleraron la economía y deterioraron la demanda de empleo. 

Para el economista, esto podría ir más allá de esta coyuntura si se considera que históricamente el desempleo de la región ha estado por encima del promedio mundial, que en 1991 fue de 5,6 % y en 2017 de 5,5 %. Por ello decidió aproximarse al efecto que puede haber ocasionado en el mercado laboral la transformación en la estructura productiva, en la cual han aparecido nuevas ocupaciones mientras otras desaparecen. 

Foto: cortesía Universidad Nacional

Esta teoría se había abordado en EE. UU. y la Unión Europea, pero no en América Latina. En el caso estadounidense, el aumento del desempleo en los años setenta se había asociado con la creación de nuevos sectores con requerimientos laborales diferentes, que generaron vacantes mientras la población se formó para ocuparlos. 

Latinoamérica no ha sido ajena a estos cambios, ya que desde los años noventa hasta 2016, cerca de 93 millones de personas pasaron a trabajar en el sector servicios, concentrando el 64,5 % de la fuerza laboral, que antes era del 52,6 %. Esto a causa de un tránsito más o menos generalizado de transformaciones estructurales hacia modelos de apertura e integración mundial. 

Para medir el impacto de estos cambios en el desempleo de la región, el investigador Ruiz recopiló datos a partir de la información de la OIT y de estadísticas particulares de países latinoamericanos con los que construyó un modelo de panel dinámico, técnica estadística en la que además se incluyeron variables como el crecimiento del producto interno bruto (PIB), el gasto gubernamental, los choques fiscales y la política monetaria. 

Además abordó un factor que denominó como “proxy de cambio sectorial”, variable en la que reunió información sobre los cambios en la cantidad de trabajadores vinculados a cada sector económico en 11 países latinoamericanos. Con esta información, el modelo estadístico relaciona el aumento del desempleo con las otras variables, para saber cuál afecta más. 

“Lo que encuentro es que mi variable de interés (proxy de cambio sectorial) no afecta mucho por el momento, pero hay que tener en cuenta que esto cambia periodo a periodo. En relación con el desempleo el panel mostró una mayor influencia de los cambios por los choques de demanda –como lo ocurrido con el petróleo– y los choques fiscales” comenta el investigador. 

Región informal

El economista concluye que la influencia de la informalidad en el comportamiento del mercado laboral latinoamericano estaría relacionada con que el cambio sectorial no haya impactado al desempleo en la región como en otros países. 

Con casi 20 puntos porcentuales por encima de la informalidad en el mundo, cuando una persona pierde su trabajo en un país latinoamericano no puede darse el lujo de quedarse de manos cruzadas mientras consigue un nuevo empleo, porque en pocos casos cuenta con las cesantías y ahorros suficientes. 

Por eso el sector informal captura a muchas de las personas que pueden haber sido despedidas porque su labor ya no se necesitaba debido al cambio sectorial. De esta manera siguen siendo empleados, pero con una precarización de su trabajo. 

El investigador señala que otro factor que puede estar relacionado con los resultados de su estudio es que en el tránsito que ha dado Latinoamérica hacia el sector servicios no se han creado trabajos que requieran de formación técnica avanzada, como en países productores de tecnología, generando un cambio sectorial diferente.

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