La Universidad Autónoma de Manizales (UAM) lidera un subproyecto del proyecto número tres de Biofábricas: el desarrollo de un biopolímero celulósico a partir del pergamino de café, el cual es reforzado con nanopartículas de sílice, las cuales son obtenidas a partir de la cascarilla de arroz. Todo esto con el fin de obtener la degradación de diferentes contaminantes orgánicos presentes en el agua.
Cesar Leandro Londoño, docente del Departamento de Física y Matemáticas de la UAM, explicó: “Lo que estamos haciendo es tomar el pergamino de café y a través de un proceso de molienda mecánica y por medio de una serie de tratamientos químicos extraemos la lignina y la hemicelulosa. Nosotros estamos trabajando con la celulosa, un biomaterial que posee altas propiedades como estabilidad en agua, biocompatible y biodegradable.»
El docente continuó contando que a esa celulosa le están haciendo otro proceso para convertirla en acetato de celulosa (el acetato es el plástico que aparece en los cepillos de dientes y los marcos de los lentes) y ese plástico van a utilizarlo para soportar unas nanopartículas de óxido de silicio.
Las nanopartículas son obtenidas a partir de la cascarilla de arroz que es sometida a procesos físicos y químicos. “Estamos haciendo diferentes experimentos para mirar cómo se comportan estas nanopartículas cuando variamos ciertos parámetros como la temperatura, agitación y tiempo de exposición a la luz, y la idea es saber cuál es el ambiente más adecuado para que esas nanopartículas absorban los contaminantes”, comentó Mauricio Santos, estudiante de la Maestría en Ingeniería de la UAM.
El programa Biofábricas busca fortalecer la competitividad en el departamento de Caldas, mediante el aprovechamiento de su biodiversidad, la biotecnología, la articulación institucional y la ciencia de datos.
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