Primera Dama de Risaralda repudia cualquier acto violento contra las niñas y los niños del Departamento
La Primera Dama de Risaralda Nathalia Sierra Ramírez, lamentó con tristeza el hecho de la agresión sexual contra la niña menor indígena de la comunidad embera chamí de Santa Cecilia en Pueblo Rico, que fue violada por siete soldados del Ejército inscritos al Batallón San Mateo de Pereira.
Es muy lamentable que se sigan presentando esta clase de eventos de vulneración de los derechos sexuales de las niñas, “No es justo que las niñas y los niños sigan siendo víctimas de casos tan atroces por personas adultas que normalmente deberían tener criterio para saber qué está bien y qué está mal. No pueden seguir sucediendo estas cosas y por eso los uniformados tienen que tener sanciones severas porque estos actos son graves y reprochables”.
Además, dijo que estos soldados no solo atentaron contra una etnia entera al vulnerar a uno de ellos y más aún si es menor de edad, sino que están haciendo ver como si el Ejército fuera el culpable, “Esta institución tan querida por los colombianos, que nos ha protegido de los grupos al margen de la ley y que prestan una gran labor, no puede seguirse viendo afectada en su reputación por algunos de sus integrantes. Ningún soldado puede aprovecharse de portar la autoridad a través de su uniforme y tomar como suyo el derecho de acceder violentamente a las niñas o a las mujeres en general”.
Explicó que desde su Despacho está al tanto de la situación de la niña y su familia y que se están prestando las ayudas pertinentes a través de las entidades correspondientes, “La situación es grave, una niña al haber vivido esta realidad, está pasando por un mal momento y requiere de todo el apoyo de la institucionalidad”.
Desde que se conoció el caso, informó Sierra Ramírez que ha recibido las llamadas de la Primera Dama de la Nación, María Juliana Ruiz y de la Alta Consejera para la Mujer, Gheidy Gallo, quiénes han brindado todo el apoyo para que esta niña tenga protección psicosocial porque tiene que ser recogida en su aspecto físico, psicológico de ella y su familia, además de la atención a sus derechos diferenciales como niña y como integrante de una comunidad indígena.
Finalizó diciendo que “Si bien hemos visto algunos cambios en nuestro país y estamos criando niños y adolescentes respetuosos con las niñas y las mujeres, tenemos que seguir trabajando para lograr el buen trato, la equidad y seguir luchando para que se denuncie cualquier acto de violencia contra la población femenina”.
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