Opinión

Mujeres Fútbol y Economía

Por Diego Armando Cárdenas Rendón

Tradicionalmente, esta columna se ha enfocado en los principales problemas políticos causados por el mal gobierno del país; por ende, a los lectores se les hará extraño que toque un tema tan diferente como lo es el fútbol y más aún, el practicado por mujeres. En mi defensa, expresaré dos razones que me llevaron a tratar el tema. En primer lugar, pienso que las futbolistas merecen el apoyo, las oportunidades y las ganancias que, hasta el momento, son exclusivas de los hombres; machismo típico colombiano. En segundo, a partir del aporte económico del Ministerio del Deporte (MINDEPORTE) al torneo femenino, este pasa a ser tema de interés nacional con todas las artistas sociopolíticas que ello implica.

En noviembre del 2021 el Gobierno Nacional en voz de Guillermo Herrera, jefe de la cartera deportiva, “sacó pecho” anunciando la contribución de tres mil millones de pesos para la realización de la Liga Profesional Femenina de Fútbol. Efectivamente, con este presupuesto más el apoyo de la División Mayor del Fútbol Colombiano (DIMAYOR), las gerencias deportivas de los equipos colombianos y la empresa privada se llevó a cabo el evento durante el primer semestre de 2022 con resultados bastante satisfactorios. Las jugadoras demostraron un alto nivel de competencia, callando la boca de aquellos que toman el fútbol como actividad exclusiva de hombres. El talento se refleja en las competencias internacionales a las que clasificaron como: Copa Libertadores Femenina, Mundial de Fútbol Femenino y Juegos Olímpicos.

La final del torneo, a la que accedieron dos equipos de la misma ciudad; América de Cali y Deportivo Cali fue un evento emocionante, no solo por la disputa de un clásico y la buena acogida de la hinchada, sino también porque durante la misma el Gobierno y MINDEPORTES informaron una nueva inversión de mil 200 millones de pesos para la Liga el segundo semestre. Sin embargo, la propuesta aún no es clara y nada hay más allá de un juego de poderes entre los actores involucrados y la exigencia de las participantes, quienes demostraron inconformismo frente a esta incertidumbre durante la Copa América Femenina con protestas públicas y reclamos a la administración del fútbol colombiano y al Gobierno Nacional.

Mientras que los equipos dicen que solo se prepararon para un torneo de Liga Femenina y actualmente no cuentan con la capacidad para participar en otro, la DIMAYOR se ha mostrado insegura para organizarla. Por su parte, MINDEPORTE insiste en su realización, cuyo presupuesto ya está asignado y por ende se tiene que ejecutar. Las jugadoras la exigen; según ellas, es necesaria como acondicionamiento para los certámenes en los que representarán al país.

Que si, que no, que se debe hacer de esta manera, que mejor dos torneos bien estructurados el próximo año; un toma y dame del que pocos se quieren responsabilizar para brindarles a las mujeres del balompié algo que se han ganado mediante su talento y que merecen, una Liga Profesional Femenina estable y duradera, que les permita acceder a salarios dignos y a continuidad laboral bajo las mismas condiciones de los hombres. 

Precisamente, las cuestiones más preocupantes son las económicas. ¿Por qué MINDEPORTE disminuyó más de la mitad del presupuesto asignado? ¿Qué pasará con esos dineros ante la negativa de la DIMAYOR? ¿Acaso la administración del fútbol colombiano no ve rentable el evento? ¿Habrá algo de misoginia en las decisiones? ¿Por qué las mujeres tienen tantos obstáculos en el campo laboral?

La situación de las mujeres futbolistas en el país es un problema de género que se traduce en una lucha por igualdad laboral y salarial. Ninguna institución pública o privada apoya plenamente el fútbol femenino; por el contrario, las conductas discriminatorias persisten en los dirigentes y en la sociedad. El machismo está impregnado en la cultura colombiana de la misma manera que la violencia y la corrupción. Aun así, los líderes políticos, representantes de entidades, deportistas y la sociedad colombiana en general se suben al bus de la victoria cada vez que alcanzan un logro; muestra de ello es que las redes sociales y noticieros se inundaron de personas orgullosas por la llegada de la selección Colombia a la final de la Copa América.

Entretanto, las negativas para el desarrollo de La Liga Femenina Colombiana este segundo semestre siguen latentes y ninguna institución o persona identifica la importancia del evento como para tomar el liderazgo en su ejecución.

BC Noticias

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