Opinión

Moderemos el voto de amistad

Por Sergio López Arias

Inician las campañas políticas en los municipios de Colombia, aparecen así las intenciones de muchos ciudadanos de candidatizarse en las corporaciones públicas y en los cargos uninominales de alcaldes y gobernadores, en particular en los pueblos de categoría 5 y 6, que son la mayoría en Colombia y  en el departamento de Caldas.

Coinciden en esas listas amigos y familiares, no es extraño para muchos que en las épocas electorales terminen visitándonos miembros de nuestras familias y amigos personales, pidiéndonos el voto de confianza para ocupar cargos públicos de elección popular, a veces tal situación es algo difícil para muchos ciudadanos cuando entienden que  solo tienen un voto, pero que son muchos los conocidos que están pidiendo tal votación; pareciera entonces que en tal situación los ciudadanos eligen sobre la base de la amistad olvidándose en tal sentido sobre la motivación más importante y son las capacidades de quien aspira a representarlos en los cargos públicos.

Frente al Estado debe primar la satisfacción de votar por una persona con capacidades derivadas del conocimiento o de la experiencia en representar los intereses ciudadanos frente al ejercicio del poder público y no en la satisfacción de no perder un amigo o indisponerse con un familiar;  considero que los ciudadanos debemos volvernos más sinceros cuando de este tipo de decisiones corresponde, esta sinceridad debe darse desde el momento mismo en que amigos y familiares nos visitan para estos fines, preguntarles que conocimiento o experiencia tienen en el manejo del Estado, o como desde su conocimiento o experiencia en el sector privado podrán aportar a la administración de los recursos públicos, la amistad debe llegar hasta abrir los hogares y espacios privados a fin de escucharlos, pero no comprometer con ello el voto ciudadano.

No sigamos aumentando los cargos públicos de personas inexpertas, hoy son muchos los escenarios donde si bien no conocemos personalmente a un candidato podemos escuchar sus propuestas, revisar sus gestiones, verificar sus antecedentes personales y académicos, no será este familiar o amigo pero podrá ser un mejor servidor público ante el ejercicio para el que quiere ser elegido, al final cuando elegimos Presidencia o Congreso de la República es  difícil conocer personalmente los candidatos, pero cuando votamos por opinión, nos dedicamos a escuchar, buscar y estudiar mucho más de ellos, situación que en los cargos de elección popular territoriales parece que olvidamos por pena o temor ante las amistades, aquellas que en muchos casos finalizados sus periodos en dichos cargos públicos terminamos rechazando ante el fracaso en su ejercicio, del cual desde el principio de su candidatura sabíamos que era lógico que nada podían hacer, pero que de manera irresponsable elegimos por la falta de ser amistades sinceras.

BC Noticias

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