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Mascotas contribuyen a tener una vejez más sana

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Disminuir el riesgo de ataques cardíacos, llevar una vida más activa, prevenir la depresión y las sensaciones de soledad, o recibir ayuda en algunas situaciones o tareas cotidianas de la vida humana, son algunos de los beneficios de tener mascotas.

“Los mayores de 70 años deben hacer una serie de ajustes en su vida, y por estar en un declinar fisiológico, el vínculo humano-animal se propone como una alternativa para mejorar su calidad de vida, ya que está basado en teorías de apoyo y apego social y biofilia (amor y conexión con la naturaleza)”.

Así lo señala la fisioterapeuta Fabiola Moscoso Alvarado, profesora del Departamento del Movimiento Corporal Humano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), certificada como Entrenadora de Perros de Servicio y en Terapia y Educación Asistida en Perros.

La experta, quien fue invitada a la sesión “Beneficios del acompañamiento de mascotas en el adulto mayor”, de la Cátedra Manuel Ancízar de la UNAL, hizo una revisión de artículos y publicaciones académicas relacionadas con los efectos positivos de los animales de compañía en los últimos 5 años, de los cuales resultaron 17 evidencias.

Los estudios se refieren a los beneficios cardiovasculares que puede traer la compañía de mascotas, por ejemplo, el hecho de tenerlas estaría asociado con un menor riesgo de sufrir ataques cardíacos o morir por este tipo de enfermedades; sin embargo, se debe ser cuidadoso para manejar posibles enfermedades zoonóticas o alergias. Otros estudios refieren que asistir a un grupo básico de entrenamiento de obediencia canina puede llevar a los dueños de los perros a caminar más y sentarse menos como parte del ejercicio, lo que contribuye a una mayor movilidad y mejor estado físico en la población adulta mayor.

En el aspecto psicosocial, algunas de las investigaciones exploradas por la docente Moscoso evidencian, por ejemplo, que la tenencia de mascotas contribuye a prevenir la depresión y mitigar la sensación de soledad, ya que sus dueños las consideran como una importante fuente de apoyo social.

Adultos mayores, cada vez más quietos

Según el reporte del Análisis de Situación de Salud (ASIS), del Ministerio de Salud y Protección Social, actualmente más del 50 % de los hombres entre 60 y 69 años siguen trabajando de forma activa, mientras que el 16,1 % están dedicados a hacer oficios del hogar, el 6,8 % tiene alguna incapacidad permanente para trabajar, y el 21,5 % realiza otro tipo de actividades.

Así mismo, hacia los 70 años y más, el 50 % de esta población ya no trabaja (aumentando el número de personas con discapacidad para trabajar), mientras que el 32 % realizan otro tipo de actividades.

Sin embargo, las mujeres es la población más preocupante, pues entre los 60 y 69 años solo el 19,6 % de ellas trabaja y casi el 70 % estarían dedicadas a realizar oficios del hogar. En el rango de 70 y más años el porcentaje de mujeres que trabajan es muy bajo, y el 21,5 % tienen alguna incapacidad para trabajar, haciendo que se presenten mayores escenarios de soledad como resultado natural de su ciclo de vida, pero que repercute en niveles psicológicos, funcionales y físicos por la falta de actividad.

Según la docente Moscoso, aunque lo ideal es que esta población mantenga sus actividades, no se puede evitar el declive fisiológico natural, por lo que los animales de compañía resultan una buena alternativa que los ayuda a generar afecto, contribuyen a su distracción, a mantenerlos ocupados y a ser un vehículo de expresión del afecto, que suele faltar cuando están solos en casa.

Características de las mascotas sí importan

Señala además que “antes de pensar en llevar una mascota al hogar, es importante que se tenga afinidad por los animales, pero si se trata de escoger a la compañía ‘perfecta’, se deben tener en cuenta las características de cada especie y raza, pues esto influirá en que su compañía tenga efectos positivos o negativos en los humanos”.

“En el caso de los perros, estos tienen comportamientos típicos que dependerán de sus características y su edad evolutiva. Por ejemplo, los boxer, mastín o rottweiler siempre se comportan como cachorros, mientras que los retriever tienden a ser muy juguetones, sobre todo entre los 2 y 4 meses. Los pastores son más interceptores, los lebreles o galgos son más depredadores entre los 6 meses y el año, mientras que el husky siberiano tiene una personalidad más adulta a partir del año y son más independientes del ser humano. Por eso para sugerirle a la persona qué mascota tener requiere de un minucioso análisis, pensar en el adulto mayor, sus condiciones y capacidades para manejarla”.

“Un labrador puede llegar a pesar entre 32 y 35 kilogramos, y cuando envejezca puede representar una carga más pesada para el adulto mayor, quien tendrá sus propios problemas de salud. Por esta y más razones se debe tener en cuenta el tamaño del perro, o si este es o no muy juguetón, si le gusta correr mucho o no, pues estas condiciones podrían llevar a que las personas mayores tengan accidentes en el hogar”.

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