Manizales también es salsera. Así lo demostró en la Plaza de Bolívar
“Hoy te vuelvo a besar a escondidas, nuevamente las horas se olvidan. Ha pasado no sé cuánto tiempo, desde aquel nuestro último encuentro […]”. Esta es una estrofa de la primera canción con la que abrió el concierto Julián Marino López y su grupo Yaré.
Una noche llena de amor, besos, maracas y campanas fue la que se vivió en la Plaza de Bolívar. La salsa romántica se apoderó de aquellos enamorados que estuvieron en la versión 65 de la Feria de Manizales.
A las 10:00 p.m. subió al escenario Willy García, un hombre lleno de magia que hizo vibrar la ciudad. Su energía y su forma de bailar contagió al público y le dio ánimo para seguir, a pesar del frío. Coreografías y emociones le regalaron a la ciudadanía.
“Yo seguiré esperando hasta el día que me muera. Si Dios me quita no me siento malo, pero si me lleva a ti, me llevas las estrellas […]”, fue una de las últimas canciones que interpretó este célebre de la música salsera.
Para cerrar la noche con broche de oro, se presentó al escenario siendo las 11:00 p.m. el hermano menor de Rubén Blades, Roberto Blades, un hombre muy elegante, con su sombrero color marrón y su vestimenta negra. Después de unas cuantas canciones, calentó su garganta con un trago de ron para interpretar Lágrimas su icónica canción.
Los tres cantantes que subieron a tarima expresaron unas palabras de agradecimiento por dejarlos participar en la Feria de Manizales.