Por Diego Armando Cárdenas Rendón
Es inevitable hablar de las elecciones, sobre todo en un país en el que los medios de comunicación se encargan de mantener vivos los temas por más absurdos que parezcan, sin brindar mayor relevancia a la pruebas o argumentos necesarios a la hora de mostrarlos y hacerlos comprensibles. Esta semana fueron noticia dos hechos en cada una de las campañas presidenciales que aspiran a segunda vuelta.
En primer lugar, la guerrilla del ELN publicó un comunicado negando el secuestro y desaparición de Juliana Hernández, hija del candidato Rodolfo Hernández. La historia expuesta por el político menciona que en el 2004 el grupo armado secuestró a su hija y exigió un rescate, pero este se negó a pagarlo por lo que nunca se volvieron a tener noticias de Juliana.
Por ahora, lo único cierto es que el líder de la Liga de Gobernantes Anticorrupción perdió a su hija hace 15 años, más allá de eso no hay información sólida que explique lo que realmente sucedió y aún así los medios se encargan de mantener el tema en boca de los colombianos, cual chisme de barrio.
Por parte del Pacto Histórico se conocieron unos videos en los que participan Gustavo Petro y otros miembros del partido en conversaciones sobre las estrategias a desarrollar en la campaña, un hecho normal en medio de unas elecciones, pero escandaloso para otros al punto de tildarlo de campaña sucia, como si la política en este país fuera la más transparente del mundo. En el video se puede escuchar como los participantes hablan de las acciones a realizar en la contienda política, así como quienes son o no convenientes para la colectividad, sin misterio alguno; sin embargo, solo se difundieron apartes del mismo, es decir información sesgada.
Algo similar a lo que ocurre cuando se infunde temor social a partir de términos como “castrochavismo” o se aduce que el país se convertirá en otra Venezuela, sin pruebas y sin certezas que lo respalden, en caso que Petro llegue a la presidencia. Esto también es campaña sucia, estrategias de manipulación que han calado en la sociedad colombiana y que impiden la formación de un criterio sólido para participar de las elecciones; otro chisme de barrio en boca de todo el país.
La Fiscalía General ya anunció investigaciones, solo queda esperar los resultados que argumenten si el Pacto Histórico cometió o no delito; más pedir respuestas fehacientes a una institución estatal tan desacreditada como la Fiscalía sería incoherente.
Los acontecimientos muestran que para los medios de comunicación no tiene importancia la veracidad de la información, el hecho mas insignificante es convertido en el “boom” del momento, es decir en el chisme del que todo el país habla sin el criterio necesario para hacerlo.
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