Opinión

Indignación selectiva por la vida

Esta semana que concluye fue una de las semanas más difíciles para la Policía Nacional de Colombia por la muerte de una treintena de uniformados a manos del Clan del Golfo con su Plan Pistola. Este suceso despertó la solidaridad de un sector de la población y las burlas del otro.

No es un secreto que la imagen de la Policía en los colombianos es baja por cuenta del actuar de algunos uniformados durante el estallido social, donde se dieron choques entre la fuerza pública y los estudiantes del país. Hoy las redes sociales siguen siendo un escenario de batalla campal, donde la violencia se vuelve lenguaje y las balas palabras que hieren y causan burla por el dolor ajeno.

En varias ciudades realizaban velatones para pedir que terminara la violencia en contra de los policías y más que han sido asesinados de forma cobarde por un precio que les dieron dependiendo de su rango. Las nuevas generaciones no conocieron esa época de Pablo Escobar, donde el Cartel de Medellín le puso un valor a la muerte de uniformados, unos años después esto se vuelve a ver, al punto que los policías que se movilicen en moto deben estar atentos para no ser asesinados de forma cobarde… por la espalda.

La violencia en Colombia es algo que a lo largo de los años está presente con el surgimiento de varios grupos armados, bandas criminales o pandillas, que encuentran en las armas y el narcotráfico un sustento y una forma de mantenerse en guerra. Hoy tenemos a un Clan que acorrala al Gobierno Nacional por la extradición de Otoniel a los Estados Unidos, y quienes están sintiendo esa venganza, son los policías. Habrá que esperar cómo serán con el nuevo Gobierno y su forma de afrontar este problema.

Me sorprendió ver durante esta semana expresiones de burla y alegría por la muerte de policías, al punto de dar a entender que se lo merecen por el actuar de algunos uniformados durante las protestas. ¿Acaso la defensa de la vida no debe ser para todos los ciudadanos? ¿Acaso los que utilizan el uniforme son malos? ¿Acaso los radicales en su pensamiento y giro a la izquierda son los buenos de la historia? ¿Acaso no existen policías que nacieron en clases bajas? ¿Acaso no hay policías que trabajan para sacar a sus familias de la pobreza? Creo que en ocasiones las palabras pueden ser tan fuertes en las redes sociales como las balas que se disparan en la Colombia dispersa, las primeras atacan el alma y las otras acaban con la vida. Lastimosamente algunos ciudadanos se ocultan tras un computador o móvil para ocultar sus temores y cobardía para quizás para sembrar la semilla de “cambio” basada en odio.

Debemos pedir que se investiguen a los policías que se extralimitan en sus funciones y no solo en un paro que trajo divisiones entre la población; debemos pedir justicia por la muerte de ciudadanos a manos de policías y que sus investigaciones salgan a la luz pública, como también que se esclarezcan la muerte de Policías. El perdón y la reconciliación no solo es de los que están en el monte, sino en los que están en la urbe y en la matrix. El respeto por la autoridad parece que se quedó en enseñanzas de nuestros abuelos.

Hace días la JEP y la Comisión de la Verdad nos trazaba caminos de cara al futuro en el país, donde la sociedad debe asumir, entender y apropiar ese pasado y presente oscuro de Colombia, para tratar de cambiarlo de cara al futuro. Los odios se exacerban cada día y a veces hablar es difícil cuando algunos gritan para imponer. Múltiples visiones, demasiados dolores y millones de invisibilizados que sueñan con que las oportunidades no sean para unos y que los políticos actúen de principio a fin sin cambiar su discurso.

Quiero manifestar mi solidaridad con la Policía Nacional, con los miles de uniformados que se levantan a hacer lo que otros no se atreven: Combatir la criminalidad, perderse el crecimiento de sus hijos y abandonar a sus esposas por unos meses, mientras combaten y tratan de cambiar la imagen de una institución con acciones positivas, cerca del ciudadano y mejorando la percepción de seguridad. A título personal estoy infinitamente agradecido por dicha institución por su acompañamiento a las labores sociales que hemos desarrollado con Fundación White y otros colectivos a lo largo de los años, porque han puesto sus manos para ayudar a construir un mundo mejor más allá de brindar seguridad.

Concluyo diciendo que sorprende que muchos celebren la muerte de policías y en especial pidan seguridad cuando se dan hurtos en la ciudad o molestias con el vecino ruidoso manifestando: ¿Dónde está la policía? ¿Chateando con niñas? ¡Tombos que no hacen nada! El cambio está en nosotros mismos y ojalá llegue el día en el que Colombia tenga una paz estable y duradera.

BC Noticias

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