La emoción y el alivio de tener una vivienda propia llegaron a 20 familias de la zona rural dispersa de Pácora, Caldas, gracias a un proyecto impulsado por el Gobierno de Caldas. Este proyecto, que tuvo un costo total de 1.422 millones de pesos y comenzó el 12 de febrero de este año, se ha concretado con la entrega de 20 viviendas, cada una de 50 metros cuadrados, totalmente equipadas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
«Con esta entrega de viviendas en Pácora estamos demostrando que sí se puede; que los programas de este tipo pueden ser desarrollados en el tiempo programado. Son 20 familias a las que hacemos felices y se les cambia la vida. Este es el programa que más nos llena de felicidad», afirmó Henry Gutiérrez Ángel, Gobernador de Caldas, durante la entrega oficial de las viviendas.
Las viviendas, que cuentan con tres habitaciones, una cocina, zona de ropas exterior, baño con ducha, sala-comedor y un andén perimetral, fueron entregadas a 20 familias que incluyen a 67 personas. Entre los beneficiarios se encuentran cinco adultos mayores, cuatro mujeres cabeza de familia, dos víctimas del conflicto armado, y otras personas en condiciones de vulnerabilidad.
Las nuevas casas están ubicadas en varias veredas de Pácora, incluyendo La Palma, El Topacio, San Francisco, Mateguadua, San Miguel, El Congo, Los Medios, Las Coles, San Lorencito, Buenos Aires, El Barro, Los Morros, Tamboral, Alto de Castilla, La Selva y Vendiagujal.
Juan Camilo Isaza González, alcalde de Pácora, destacó la importancia del proyecto: «Este es un proyecto totalmente social que cambia vidas. Es un sueño tener estas casas propias y dignas para estas familias que han tenido realidades difíciles».
Las voces de los beneficiarios reflejan la profunda gratitud y la transformación que estas nuevas viviendas representan. Luz Yenny Cardona, beneficiaria de la vereda La Palma, expresó con emoción: «Este es un sueño hecho realidad, es algo maravilloso. Es algo muy lindo uno decir que tiene un techo propio. Deseo que en este hogar haya mucho amor y unión familiar».
Por su parte, Cielo Cano Gómez, beneficiaria de la vereda Las Trojes, compartió su experiencia: «La cocina la tenía tapada con un plástico, cuando llovía se me mojaba, teníamos agua y pantano; ahora me siento feliz de poder tener casa propia y con dignidad, porque sufrimos mucho tiempo».
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