Garzas bueyeras: Un desafío ambiental para Manizales
La presencia de garzas en zonas urbanas de Manizales, especialmente en el sector del Cable, ha provocado quejas entre la ciudadanía debido a los excrementos que arrojan y los problemas asociados a la salud pública. Por otro lado, grupos ambientalistas han solicitado que el proceso de traslado de las aves sea idóneo, respetando la integridad de la especie y del arbolado urbano.
Oscar Rodríguez, profesional de la Secretaría de Medio Ambiente, explicó que desde hace años, en conjunto con la Secretaría del Interior, la Secretaría de Salud y la Unidad de Gestión del Riesgo, se realizan actividades de monitoreo y ahuyentamiento de la garza bueyera (una especie invasora en la región). Estas acciones responden a una acción popular que obliga a las autoridades a reubicar esta especie hacia áreas rurales, debido a los problemas ambientales y de salud pública que genera.
Especie invasora y problemática ambiental
La garza bueyera, originaria de África, llegó a Colombia y se considera una especie invasora, pues desplaza a las aves nativas y afecta los ecosistemas locales. Según Rodríguez, en 2024 la población de garzas en Manizales alcanzó los 1.600 individuos, mientras que actualmente se ha reducido a cerca de 400. Las aves han ocupado diversos sectores de la ciudad, como Chipre, Fundadores, el Bosque Popular y la Avenida Santander.
“Actualmente, tenemos un único garcero activo en el Cable, con cerca de 300 individuos. Desde este punto, las garzas han sido desplazadas paulatinamente, evitando que se reproduzcan en el área urbana”, señaló Rodríguez.
Estrategias de ahuyentamiento
Entre las medidas implementadas para reubicar a las garzas sin afectar su integridad, se destacan:
- Ruidos de impacto: Uso de dispositivos que generan sonidos fuertes para estresar a las aves y motivar su traslado.
- Instalación de polisombras y espantapájaros: Estas estructuras funcionan como disuasores en los árboles donde se posan las garzas.
- Podas controladas: Se realizan para reducir el volumen de los árboles sin talarlos, con el objetivo de desincentivar la estadía de las aves.
Rodríguez enfatizó que las podas se ejecutan de manera cuidadosa para proteger los nidos y polluelos, en caso de que se encuentren en los árboles. Además, estas intervenciones buscan prevenir accidentes en áreas con tráfico vehicular debido al tamaño y volumen de algunos árboles.
La Secretaría de Medioambiente anunció que continuarán con las actividades de monitoreo y estrategias de ahuyentamiento diario, cumpliendo con la acción popular que busca mitigar la problemática ambiental y de salud pública generada por estas aves en áreas urbanas. “Todas las medidas están orientadas a proteger a la fauna silvestre y garantizar la convivencia adecuada entre la especie y el entorno urbano”, concluyó Rodríguez.




