Opinión

En defensa de los condenados por corrupción

Por Oscar Giraldo

No recuerdo haber visto en Colombia un escándalo tan sonado y con tantas capturas por temas de corrupción como el sonado caso de las Marionetas, y en el que señalan como el máximo cabecilla al exsenador Mario Castaño, próspero prócer de nuestra república cafetera de Caldas.

Y si vamos a hablar de millonarios desfalcos y amaños de contratos, podemos recordar a Reficar, Odebrecht, Interbolsa, Agro Ingreso Seguro, Dragacol, Chambacú, el Carrusel de la Contratación, Centros Poblados o los dinero para la Paz. ¿Pero dieron con la totalidad de los culpables? ¿Pagaron solo los firmones y los mandaderos?

Pero no desviaré mi atención en esos casos que se quedaron en el olvido. Me referiré a los funcionarios hoy investigados o que ya aceptaron cargos por contratación indebida, pero ah pobrecitas figuras públicas y otras menos públicas que se comprometieron con el pueblo, que resultaron elegidos para luchar por su gente, contra la pobreza y por ofrecer lo mejor de ellos por sus municipios.

En redes sociales aparecieron cantidades de defensores, bravos con la Fiscalía porque logrará que condenen a sus líderes y empleadores. No es justo, si tanto le han dado a su gente. ¡Y ay de aquel que ose tildarlos de corruptos! ¿Cómo se le ocurre? ¿Acaso quiere un proceso por injuria y calumnia contra los injustamente condenados?

Es injusto que tan solo lleguen a pensar que ellos se apropiaron de dineros públicos o que favorecieron a otros para quedarse con los contratos. ¿Acaso no ven que a las malas les metieron el dinero en sus bolsillos?

“Pero es que ellos roban, pero hacen cosas, en cambio ese otro no ha hecho nada”, musitan otros. Qué torpes nosotros pensando que sus sueldos son suficientes, que para eso deben llegar al poder, para cuadrar la platica metida en la campaña. Injusto pensar que por cada obra que traerá desarrollo, no se puede sacar la tajadita.

Déjenlos en paz, ellos no son malos, solo se equivocaron y los que aguantan hambre, que no tienen trabajo ni una vivienda digna, son pobres porque quieren. Son pobres porque no piensan en hacerse elegir en un cargo público.

Adenda: Lástima que la Fiscalía de Colombia haga tanto show con las capturas de personajes de comprobada corrupción, pero que la justicia sea tan endeble y las condenas parezcan más bien un premio por su actuar criminal. 54 meses de cárcel, la mayoría del tiempo con prisión domiciliaria, no son nada. Que sea entonces la opinión pública la encargada de señalarlos y no olvidarlos.

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