Opinión

El Nevado del Ruiz y la estrategia de activación económica

Por Sergio López Arias

Los últimos días han sido difíciles para la mayoría de las familias Colombianas, si bien se tiene alguna recuperación económica las cifras de inflación y desempleo no son las más alentadoras, de igual manera la inseguridad jurídica ocasionada por la posible reforma tributaria y la noticia del incremento en la gasolina terminan por agravar mucho más la situación de miles y miles de familias.

Las administraciones municipales en especial en la capital de nuestro departamento  hablan de un programa de reactivación económica basada en el plan de intervención y mantenimiento de vías, el cual viene generando espacios laborales para muchas familias, plan que aplican en la mayoría de municipios del departamento, donde observamos en los informes de gestión el mayor peso de las obras de cemento en la ejecución del erario público, si bien nuestros municipios requiere tener vías en buen estado, debemos buscar la inversión en áreas donde podamos generar puestos de trabajo más permanentes, podría uno preguntarse a nivel de la capital de nuestra departamento que nos hace diferente de las demás ciudades de Colombia, pregunta cuya respuesta nace del entorno de la misma ciudad, en especial en horas de la mañana donde podemos observar el guardián de Caldas, nuestra insignia el gran Nevado del Ruiz.

Para muchos de nosotros observarlo no tiene ninguna trascendencia, seguramente el nacer a sus pies y conocerlo ya se nos convirtió en costumbre, pero para muchos el Nevado es una obra de la naturaleza objeto de respeto, admiración estudio y contemplación, son muchas las personas que desde todos los rincones de Colombia y el mundo vienen a contemplar nuestro hermoso guardián, contemplarlo cada día es más difícil, y quienes tenemos la oportunidad de visitarlo en diferentes periodos de tiempo, nos damos cuenta que cada vez está más lejos, claro está, más lejos de su condición natural y más cerca de la ciudad, de esa ciudad que viene acercándose más a él, de esa ciudad que no respeta sus bellos frailejones y colchones de agua, basta solo por iniciar el recorrido a su cráter para darnos cuenta como los terrenos de la vida natural de nuestro nevado son más y más intervenidos por la mano del hombre, a veces me pregunto cuando escucho las discusiones de los proyectos de acuerdo u ordenanza de endeudamiento de las entidades territoriales, en su mayoría para obras públicas, que tanto podríamos comprar en zonas de protección con los mismos recursos, que tanto podríamos apalancar con organizaciones internacionales de acciones efectivas frente al cambio climático.

Sueño con encerrar a Manizales en el ecosistema de parques naturales y no seguir viendo lo contrario, deberíamos apostarle a un megaproyecto de compra de toda la zona de protección del parque nacional los Nevados o en su caso, la recuperación masiva del uso de suelo de protección y la conversión de actividades económicas al ecoturismo de tan hermoso parque Natural, no en  vano el Plan Conjunto de Recuperación, Manejo, Mantenimiento y Conservación del Parque Nacional Natural Los Nevados ordenado en el marco de la acción de tutela que reconoció al parque nacional natural los Nevados como sujeto de derechos fundamentales, parecería que seguimos viendo en el cemento la forma por excelencia de generación de empleo sin darnos cuenta que es uno de los mayores contaminantes de nuestro parque natural, no olvidemos el año 2030 como el de no retorno, en especial para aquellos que se dicen llamar verdes pero que les termino gustando más el gris de la ciudad.

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