Opinión

El Informe Final

Por Diego Armando Cárdenas Rendón

La entrega del informe final de la Comisión de la Verdad es un hecho histórico, las páginas en las que la entidad logró simplificar el conflicto serán una de las fuentes más eficaces para la memoria de país, pues en ellas se obtienen respuestas a los horrores de la guerra; así, las madres podrán llorar tranquilas sus hijos y muchos hijos podrán enterrar sus padres. Además, contiene otras dolorosas verdades para jamás volverlas a repetir; es la gran lección que nos deja el trabajo liderado por Francisco de Roux S.J.

Los testimonios de los actores rinden cuenta de un conflicto que por más de 50 años ha azotado a Colombia y lo sigue haciendo, pues persisten los enfrentamientos con grupos beligerantes en varias zonas del país; de ahí que el proceso de Paz y el Informe tengan contradictores de todos los sectores, quienes confunden acuerdos con sometimientos y castigos, obviando lo más valioso, el conocimiento concreto de lo ocurrido con todos los muertos, los miles de desaparecidos, los millones de desplazados y los cientos de secuestrados.

Tener certezas, a pesar de que ahondan las heridas, brindan la tranquilidad necesaria a las víctimas para que sanen. No se trata de buscar culpables, del bando que puso más víctimas o del que obtuvo grandes victorias; cada miembro de los grupos armados perdió algo en la lucha, hogar, familia, amigos, vida y son hechos para lamentar el resto de la historia.

La labor ahora es vigilar el cumplimiento de las recomendaciones, responsabilidad compartida entre la sociedad civil, el gobierno y las fuerzas armadas, tarea que necesita de una amplia voluntad institucional en la que cada líder debe asumir un rol activo para ejecutarlas a cabalidad.

Más allá de abandonar las armas o de penalizar a los involucrados en la guerra, según el Informe, es imperativo que El Estado haga presencia en las zonas remotas del territorio, no con fuerzas institucionales bajo el argumento de salvaguardar el orden democrático, sino garantizando los derechos fundamentales de los ciudadanos; servicios públicos básicos, acceso a salud y educación, alimentación adecuada, solo por mencionar algunas necesidades cuya deuda estatal no está saldada y que se esta profundizando por la poca disposición del gobierno para redimir el asunto.

BC Noticias

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