El gobierno colombiano no es un Circo, respetemos el arte circense
Por: Juano Jurado
El Circo es un espectáculo que pretende entretener a través de actos de acrobacia, malabarismo, escapismo, equilibrismo, clown, entre otros. Todo ello plagado de demostraciones de habilidades artísticas, físicas, lúdicas y creativas.
Por eso comparar el gobierno colombiano con los circos, es ofender profundamente a los artistas circenses, quienes se han preparado a lo largo de su vida con diferentes técnicas y métodos para lograr llevar a las poblaciones alegría, felicidad, encanto y magia. Los circos ayudan a construir esperanza dentro de las sociedades que enfrentan dramas sociales profundos.
El gobierno colombiano no tiene buenos payasos, pues la mayoría de sus funcionarios no generan sonrisas de felicidad, sino de vergüenza, la popular frase ‘me río para no llorar’. Tampoco hay malabaristas entre los ministros, pues cada uno de los proyectos que deben ejecutar se les han ido de las manos, no logran mantener seguros a los ciudadanos que ven cómo se caen una a una las promesas del gobierno.
Los magos escasean, ninguno ha hecho desaparecer las problemáticas de seguridad, educación, salud y trabajo, son tan malos ilusionistas que terminan revelando sus pésimos trucos para mantenerse en el poder, pero no para mantener la ilusión de los colombianos.
¿Y los mimos? Ninguno, todos necesitan hablar más de la cuenta, no son capaces de hacernos soñar a través de sus actuaciones en sus cargos, sin su voz, más que mimos, son invitados de piedra.
¿Pero si hay escapistas? Tampoco, todos se amarran fuertemente a sus cargos, dignidades y designaciones, que les permiten tener poder; se aferran al gobierno sin importarles las jaulas y los candados que los mantienen presos de una de las adicciones más peligrosas de la humanidad. Cambian de ideales políticos fácilmente con tal de no ser expulsados de la escena política.
Entonces les pido un favor, respetemos la cultura circense que ha luchado por años para mantenerse vigente dentro de las diferentes culturas para llevar felicidad a las sociedades. Si tenemos que hacer comparativos del gobierno colombiano con algo, sería con un reality show donde cada uno está en busca de las cámaras y los reflectores para lograr reconocimiento y popularidad por medio de intervenciones vacías, gaseosas y sin fuerza de transformación de país.
También hay similitudes de nuestro gobierno con un grupo de adolescentes colegiales que están en etapa de autoconocimiento y experimentación; más pendientes de su imagen, su outfit, sus redes sociales, los likes y sus amigos; que, por estudiar juiciosamente las lecciones de historia, ciencias sociales, castellano y matemáticas.
Por eso le pido a Daniel Samper que mantenga Circombia como una obra permanente durante este gobierno, porque la sociedad colombiana si se merece ese homenaje, el reconocimiento a nuestras madres malabaristas, nuestras mujeres equilibristas, nuestros magos empresarios, nuestros hombres forzudos, nuestros niños escapistas, nuestras víctimas y campesinos tragafuegos y los mimos de nuestras fuerzas militares.