Opinión

El fútbol va más allá de una camiseta

Por Oscar Bayona

Para muchos el fútbol es pasión, es el deporte que uno necesita para pensar en cosas distintas más allá del día a día, ya sea el trabajo o el estudio. Durante muchos años hemos crecido con estrellas de este deporte y con equipos que uno verdaderamente quiere. Además que cada fin de semana es el plan favorito para algunos que disfrutamos de la liga colombiana, inglesa, italiana, argentina o alemana.

Esta semana en Colombia se vivió un hecho bochornoso que manchó la pelota, una frase célebre del gran Diego Maradona, donde los hinchas del Deportivo Cali, si es que se pueden llamar así, invadieron el campo de juego en un partido en Tuluá, donde el club azucarero perdió, pero esta masa enardecida agredió a Mayer Candelo y a Teo Gutiérrez, por unos resultados que a la fecha no son los mejores para el club caleño. Las imágenes circularon por medios y redes sociales, y sé que a los amantes del fútbol nos dolió ese tipo de cosas, porque eso no puede pasar más allá de un resultado y una sanción millonaria hacia el club. Irrespetaron el fútbol, y cada día este tipo de comportamientos aleja a las familias de los estadios. Esto no puede volver a pasar y se necesitan acciones urgentes del Gobierno Nacional para regular la entrada a los estadios de este tipo de personajes que no van a ver fútbol, sino a hacer daños.

Voy a centrar esta columna en mi reciente visita al Estadio Palogrande, el cual lo visito solo cuando viene Millonarios, que de acuerdo a la programación es cada año, y eso porque el Once Caldas no clasifica al grupo de los ocho desde hace por lo menos tres años, y ojalá en este segundo semestre vuelvan a estarlo. Para mi ese día es único e invaluable, pero tristemente no puedo portar la camiseta del equipo que sigo desde los 6 años, cuando lo vi jugar en el Campín en un partido contra el Cucutá en compañía de mi padre, él veía a su equipo favorito y a mi me estaba mostrando un club que podría enamorarme y sentir esa pasión desde niño. Así fue, es mi equipo favorito, sí, nos demoramos mucho años en volver a lograr un título, sí, nos golearon 8-0 en el Bernabéu, pero, aunque ustedes no lo crean la hinchada azul va más allá de resultados negativos como en otros equipos, que solo los siguen en las buenas y en cuadrangulares. A nosotros los hinchas de Millonarios nos ha tocado sufrir y entender que de ese sufrimiento sale el triunfo en cada partido.

Volviendo al reciente encuentro, fui con un grupo de amigos a la tribuna de Oriental, claramente yo camuflado como me dijo el taxista que me llevó al Estadio, con quien conversamos en el trayecto desde mi casa al Palogrande, que tristemente uno debe camuflarse porque no falta la persona intransigente que pueda llegar a atentar contra la vida de un hincha de un equipo contrario. Ese día la tribuna estaba caldeada por los resultados del blanco, por las jugadas de un juvenil, a quien chiflaban más que a mi equipo. Llegó el gol y fue la mejor sensación porque es lo que más celebra uno en cada encuentro, y más si ves al equipo que amas desde cerca.

Llegó el empate, y claramente todos me cantaron el gol, unos de forma grosera y otros casi tocándome, cruzando líneas que yo no cruzo, pero bueno, eso es el fútbol para algunos y para otros no. Cuando llegó el 1-1 miré hacia mi izquierda y vi a un adulto mayor de por lo menos 70 años con la camiseta del Once y me sonrío y me dijo: mijo le empatamos y alzó su pulgar en señal de buena onda.

Yo solo sentía felicidad en ver a mi equipo en la ciudad que quiero, los colores que me vieron nacer y en especial ver las tribunas con canticos y con alientos hacia los clubes, pero esperaba que no se presentaran desmanes y que la tribuna sur volviera a estar vestida de azul cuando llegara Millonarios. ¿Por qué? Ver las tribunas populares con tifos y a reventar, le ponen el condimento al fútbol y hace más emocionante el encuentro.

En el segundo tiempo las cosas cambiaron con la expulsión de Montero y pues el animo se subió al punto que el Once Caldas marcó el gol de la victoria; pues si el primer gol me lo cantaron a rabiar, el segundo con más ganas. ¿Por qué? Muchos odian a los rolos, y yo solo me quedaba callado porque así es el fútbol, pero volví a mirar hacia la parte izquierda y vi al señor de 70 años con su esposa que también me miró y me dijo: «Mijito te quitamos el invicto, y me sonrío, pero así es el fútbol mijo, su equipo juega muy bien, hoy no fue». Créanme que guardé ese momento para mi y me quedo con ese, no con la señora del lado que casi me pega en el hombro, sino con la pareja de esposos de avanzada edad que van a un estadio y disfrutan en paz de un partido de fútbol, con su buen radio, bufanda y camiseta. Yo solo me reía con mis amigos, todos seguidores del Once, y con quien he compartido momentos de ciudad como los triunfos del blanco blanco de hace años.

Quise ir con una camiseta de las tantas que tengo de Millonarios, pero tristemente no lo hice por seguridad porque hay personas que aún no han comprendido que el fútbol va más allá de una camiseta y no importa si estás en Occidental u Oriental, siempre te van a fastidiar por ser del equipo contrario, al punto que alguien dijo: “No deben ir a que le canten los goles a uno y menos de visitante, que los canten en la casa”, como si el fútbol fuera solo de locales. Llegará el momento en que los desadaptados sean expulsados de los estadios porque los niños y las familias merecen ir a los estadios, ver a sus equipos correr, cantar un gol y en especial ver paz y no violencia.

Llegará el momento en que yo tenga mis hijos, y lo primero que haga será llevarlos a un estadio, pero que siga el equipo que le guste y vea más allá de una camiseta, que se debe portar con orgullo y no debe ser algo para violentar a otro. Si sale hincha del Once, Nacional, Millos o Medallo, no me importará, porque encontraré con quien ir al estadio, así no vea el equipo que me gusta, pero ese día entenderé la sensación de un padre de ir al estadio con su hijo y de enamorarse del mejor fútbol del mundo.

Si usted no lo sabe desde Manizales, se han dado avances en procesos de paz en las barras y la barra Holocausto lo ha hecho al punto de ser garantes de que la hinchada visitante se sienta cómoda en la capital de Caldas, por eso en la pasada Feria de Manizales, hicieron torneos de fútbol entre barras que sirvieron para ir quitando estigmas en el país.

BC Noticias

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Esta página utiliza Cookies    Más información
Privacidad