Colombia

El fondo del río Magdalena: una maravillosa experiencia que puede verse a todo color

¿Qué maravillas hay por descubrir en el fondo del río Magdalena? La lógica común indicaría que peces y rocas. Pero eso es solo el principio. Así como los dedos y las manos poseen líneas y huellas dactilares que definen a cada individuo, el lecho del río contiene surcos y trazas que lo hacen lo que es: la arteria fluvial más importante de Colombia.

Describir de manera precisa el lecho de un río es un conocimiento de gran valor, que permite dar respuesta a diferentes escenarios hidrológicos, los cuales son esenciales a la hora de cuidar este cuerpo de agua.

Para Pedro Pablo Jurado, director de Cormagdalena, entender y conocer el río es una prioridad. Por eso, la entidad hace grandes inversiones en levantamientos batimétricos y en estudios socioecosistémicos: “Investigar, investigar y seguir investigando el río es el único camino seguro para mantener una relación que sea sólida y sostenible en torno a la navegación y al fortalecimiento de los ecosistemas”, asegura.

Si bien es cierto que el fondo del río Magdalena no se ve, pues las aguas son turbias producto de los sedimentos que arrastra en su recorrido por todo el país, conocerlo es posible hoy en día gracias a las maravillas de la tecnología. Entonces, para cumplir esa premisa de investigar de manera constante y con rigor, Cormagdalena celebró un convenio con la Dirección General Marítima (Dimar) para adquirir equipos que permitan tener información real del río, de acuerdo con los estándares internacionales de la Organización Hidrográfica Internacional (OHI).

Estos sistemas están a disposición de la Zona Portuaria de Barranquilla, ya que el convenio contempla que Cormagdalena proporcione a la Dimar el equipo Multihaz, con el cual se logran resultados a todo color del fondo del río. Las figuras que arroja este aparato son una representación gráfica de la batimetría, en la que la escala de colores representa una profundidad en metros. De la información que se obtiene se pueden desprender los análisis de configuración del fondo y realizar cálculos de volumen, diseños de canal, modelación, entre otros.

Este seguimiento permanente que realiza la Dimar monitoreando el río y su fondo con batimetrías diarias, complementadas con análisis técnicos de la variación de las condiciones océano-atmosféricas, son de gran utilidad para una navegación segura. Por ejemplo, permiten identificar, entre otros aspectos, desde donde ingresa el agua del mar al río, a la altura de Bocas de Ceniza, para saber dónde se presenta sedimentación, o la temperatura del agua y su conductividad, parámetros que contribuyen a mejores operaciones portuarias.

Edinson Borja, miembro de la Asociación de Pescadores del barrio Las Flores en Barranquilla, asegura: “El río no sólo es nuestro sustento económico, sino también una inspiración. Por eso, aunque no veo el fondo, me lo imagino lleno de toda nuestra biodiversidad. De allí la necesidad de entender que debemos cuidarlo para que siga siendo fuente de abundancia”.

El pescador, como buen conocedor de sus aguas, ya no tiene que soñar con el fondo del río, pues las imágenes que toma el sistema Multihaz pueden encontrarse en los informes que entrega la Dimar en la página web del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas – CIOH.

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