El Banco de la República rinde homenaje a la poeta manizaleña Maruja Vieira

A Maruja Vieira (1922) se le reconoce como “la mamá grande de la poesía colombiana”. Como pocas mujeres logró abrirse paso en el mundo literario y profesional de su tiempo, fue una de las pocas contertulias femeninas de cafés como El Automático de Bogotá, una defensora de los derechos de las mujeres y una de las primeras en ocupar cargos ejecutivos en el país.

Este miércoles 10 de abril a las 5:00 p. m. en el Centro Cultural del Banco de la República de Manizales se realizará un homenaje a Maruja Viera, hija de esta ciudad y a quien se reconoce como una de las mujeres más importantes de la literatura colombiana. Ese día también se presentará su nuevo libro, Una ventana al atardecer, editado por la Secretaría de Cultura de Caldas. La entrada es gratuita.

María Vieira White nació en Manizales en 1922, inició su carrera literaria en 1946 con la publicación de sus primeros poemas en el suplemento literario del periódico El Tiempo, época durante la cual también formó parte de movimientos literarios como el de Los Cuadernícolas y de círculos periodísticos. Publicó su primer libro en 1947, Campanario de Lluvia, al que le siguieron: Los poemas de enero; Poesía; Palabras de la ausencia; Clave Mínima; Mis propias palabras; Tiempo de Vivir; Sombra del amor; Todo lo que era mío; Los nombres de la ausencia; Todo el amor; Ciudad remanso, Popayán; y próximamente Una ventana al atardecer. Además de poeta y periodista, Vieira también fue ensayista y catedrática.

La trayectoria de María Vieira, “Maruja” como la bautizó un día el poeta Pablo Neruda y como ella decidió llamarse en adelante, ha sido reconocida en Colombia con la Gran Orden de la Cultura del Ministerio de Cultura, con la Medalla Simón Bolívar del Ministerio de Educación Nacional y, en dos ocasiones, con la Medalla Honor al Mérito Artístico del Distrito Capital. También recibió la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral de Chile en grado máximo, de manos del presidente Ricardo Lagos. El departamento de Caldas la condecoró con la Orden Alejandro Gutiérrez y la Alcaldía con el Escudo de Manizales, en el grado de Comendador. Por su trayectoria literaria y su tarea como docente y gestora en el Distrito Capital, el Concejo de Bogotá le otorgó la Orden Civil al Mérito José Acevedo y Gómez, en el grado Cruz de Oro. 

La obra de Maruja Vieira evoca su ciudad natal y su infancia, así como la figura de personas y amigos amados, por ejemplo, Enrique Uribe White, quien la inició en la literatura, y la de su amado esposo el también poeta José María Vivas Balcázar. Muestra de estos marcados interés está, precisamente, consignado en uno de los muros del Centro Cultural del Banco de la República en Manizales, en el que se puede leer un verso del poema Los muros y el recuerdo, que dice:

Era blanca mi casa, con ardientes geranios
que cifraban la luz en las altas ventanas.
Había enredaderas finas y acariciantes,
lirios que recordaban la frente de mi madre.
Allá crecieron dalias, claveles y azaleas
para la cruel dulzura de mis manos pequeñas.
Allí aprendí la forma del árbol en el ciento
y el viaje de las nubes en el agua del cielo.

Una ventana al atardecer, se edita como parte de la colección Libros al aire. Lecturas para viajeros de la Secretaría de Cultura de la Gobernación de Caldas, en la que se reúnen autores colombianos que desde las regiones han consolidado su nombre y sus obras a lo largo del siglo XX y XXI.

Foto: cortesía Banco de la República

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