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Educación para la Competitividad, una apuesta de innovación para el desarrollo de nuestro campo

Chec grupo EPM hace parte de la conformación de la alianza para el proyecto “Educación para la Competitividad”, la cual desde el año 2011 apalanca la educación en los departamentos de Caldas y Risaralda. En el caso de este último, participan como aliados principales el Comité de Cafeteros de Risaralda, la gobernación de Risaralda y CHEC. Esta iniciativa tiene como objetivo beneficiar a niños y jóvenes del sector rural brindándoles acceso a la educación básica, media y superior, así como generar oportunidades en torno al emprendimiento y la empresarialidad.

El pasado 9 de septiembre se presentaron los resultados por parte del CRECE (Centro de Estudios Regionales Cafeteros Empresariales) de la evaluación de impacto del programa, la cual pretendía dar a conocer los efectos del proyecto en Risaralda.

Los principales resultados del programa se centran en mejorar la pertinencia de la educación ofrecida de acuerdo a las características del contexto rural, la adopción de procesos de enseñanza y aprendizaje colaborativo y la incursión a nuevos modelos de aprendizaje que reemplazan los tradicionales.

La implementación de la educación media con énfasis en educación para el trabajo permitió que los estudiantes rurales pudieran terminar el bachillerato sin abandonar la sede y sin tener que desplazarse lejos de sus veredas.

Es así como el 30,1%, de los jóvenes participa hoy conjuntamente con su familia en la toma de decisiones de la finca y el 8,4% ha sido encargado de forma exclusiva de estas decisiones. Ocho de cada diez egresados del nivel tecnológico han logrado influenciar cambios en su empresa familiar, esta proporción es de 7 de cada 10 técnicos y de 6 por cada 10 egresados de media sin la Universidad en el Campo.

El proceso de empalme generacional está mejorando las perspectivas de productividad, la integración familiar, el intercambio de conocimiento, redistribución de roles y cambio en las practicas productivas y administrativas de sus negocios o “empresas familiares” como lo denominan los jóvenes.

Otro factor de desarrollo se refiere a la empleabilidad, mejor nivel educativo mayor posibilidad de vincularse laboralmente. Sin la Universidad en el Campo, afirma el CRECE, “la ocupación cae por debajo del promedio nacional (57,1%), la tasa de supervivencia de los negocios es alta, más del 70% ha logrado sostener su negocio desde el montaje”.

Con respecto al proyecto de vida de los jóvenes el 88% de los tecnólogos manifiesta su intención de continuar en actividades agrícolas y cafeteras, el 79% en el caso de los técnicos y el 67% en los egresados de la media.

Los principales retos están en posicionar el programa como política pública departamental, buscar herramientas normativas que permitan darle sostenibilidad al programa; continuar fortaleciendo la educación inicial, básica y media, ampliar oportunidades de acceso a la educación superior con una oferta diversificada, fortalecer la articulación interinstitucional y las oportunidades de empleo en la zona rural y diversificar el emprendimiento como factor de desarrollo.

Según Santiago Villegas Yepes, gerente de CHEC, “Este programa brinda la posibilidad de transformar el territorio con perspectiva de largo plazo, la posibilidad de que el sector público pueda apalancarse de las empresas y otros agentes que puedan trascender en el tiempo, conservando la identidad, el patrimonio del campo y construyendo juntos una agenda colectiva de transformación del territorio basada en la confianza”.

BC Noticias

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