Opinión

¿Cuándo recuperarán la confianza?

[smartslider3 slider=»2″]

Hablar de confianza es algo que a lo largo de los años ha estado presente en la humanidad, donde quizás muchas generaciones resaltan el papel de los abuelos por el ejercicio de construcción de familias con palabra, honor y respeto, cosas que para este siglo es algo como si fuera una leyenda en algunos ciudadanos.

Confiar en el otro, encontrar un aliado y quizás representar algo, son cosas que se han perdido en algunos humanos, pero que se ve mucho en la política, donde a lo largo de los años, los ciudadanos se quejan de lo mismo, pero siguen haciendo lo mismo (Votando por los mismos), o encontrándose lobos camuflados de ovejas.

Esta columna la quiero centrar en el deber de un político que tiene con su pueblo más allá del año y medio previo de campaña, durante la campaña, la entrega de balones, tamales, camisetas y demás actividades para captar electores. Hablo del momento de representar un actor de cambio positivo y que se gane la confianza de sus ciudadanos.

Es que los ciudadanos nos quejamos del actuar de nuestros políticos, pero algunos terminan votando por quienes se les olvida lo que es el cambio, lo que necesitan los territorios, y algo tan simple y común: Escuchar al pueblo. Aunque no quiero dejar atrás aquellos contratistas que son obligados a votar por x o y candidato, o sino pierden su empleo.

Es común ver políticos que enarbolaron banderas de un color, pero previo a elecciones cambian de color y hasta de pensamiento, como si la política fuera un partido de fútbol y que los jugadores son fichados por los equipos, ya que algunos pasaron de centro a izquierda o de centro a derecha, y sus ideas cambian de color como si nada. Algunos dirán que la política es dinámica, que ya no se vota por partidos, sino por personas o ideas, pero lo mínimo que uno espera de ellos, es coherencia en el discurso, en la acción y en la ejecución.

Las redes sociales han permitido surgir políticos, que utilizan el algoritmo para cautivar electores, y claro es un común denominador ver más críticos o criticones que gente propositiva, y así alguien que esté en la silla del poder, siempre va a tener a alguien que quiera su cargo y es más fácil criticarlo. Algunos lanzan juicios de valor como si se creyeran papistas, otros sufren de amnesia y se les olvida lo que hicieron en sus orígenes.

Esta semana la gente en Caldas sintió impotencia, rabia, desilusión y risa porque nuestros políticos nos pusieron en la orbita nacional y no por cosas positivas y bondades que tiene esta región, sino por escándalos de corrupción y bloqueos en redes sociales. Ah! Y la justicia sigue siendo la justicia, solo para los de ruana.

Hablar de confianza en alguien es difícil y más en un político, cuando ellos desconocen los nombres de muchos, las hojas de vidas de los ciudadanos que reposan en escritorios o correos electrónicos que se acumularán con el polvo y el spam, o quizás son un número en un cuadro de Excel. La política no es para enriquecerse, si suena fantasioso, pero es el deber ser de ayudar a alguien, tender puentes de transformación, llegar a acuerdos, gestionar para la comunidad y no para sus bolsillos, pero es algo que siempre critican los ciudadanos, pero en las urnas votan por los mismos y en las redes defienden a esos mismos.

Las instituciones fallan, los medios de comunicación fallamos, las autoridades fallan, los ciudadanos fallan, y todo falla, pero en medio de tanta falla, hay ciudadanos que aún están pensando en entender que el cambio está en nosotros mismos y que es muy fácil para criticar y la fila es extensa, pero para construir, la fila es escasa. Si, yo creo que hay políticos buenos.

Por estas épocas surgirán viejos y nuevos liderazgos que quieren ser alcaldes, gobernadores, concejales y diputados, pero ¿ya conocen los territorios?, ¿Ya pensaron en las necesidades puntuales?, ¿Confiarían en ustedes mismos?, ¿Serían agentes de cambio positivos o más de lo mismo?. Señores al menos no se reúnan con la gente por el voto, no vivan del pasado, sino que futuricen las ideas, pero no para perjudicar al pueblo, y si ustedes le dicen a un ciudadano A, después no le salgan que la promesa se volvió B, y al momento de ejecutarlo se volvió X.

Queda claro que para muchos el cambio no empezó con Petro, sino desde hace años en Colombia, sino este tipo de gobierno de izquierda no hubiera llegado a la Casa de Nariño, y de quien esperamos que le vaya bien por el bien del país. Los que hoy hablan que el cambio está con el Presidente, tengo que decir que no, en muchos territorios se votó por el cambio y en especial en ciudades capitales, y los resultados de cambio, ya los conocen los ciudadanos: Renders, falta de planeación, poca ejecución y más show que acción. El sol ya se está posando y el tiempo está llegando al final.

BC Noticias

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Esta página utiliza Cookies    Más información
Privacidad