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Calor aumentaría casos de enfermedad diarreica en Manizales

Así lo estableció la ingeniera ambiental Maribel Muñoz Roncancio, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, quien adelantó su investigación de maestría para determinar la correlación entre el clima y la EDA en Manizales.

Encontró, por ejemplo, que la temperatura es la variable de mayor incidencia en la enfermedad, evidente en que con el incremento de 1 oC hubo 10 casos más que en condiciones climáticas normales, y 65 en condiciones húmedas.

El estudio se hizo entre 2002 y 2007 con datos del Observatorio de la Secretaría de Salud, en los que además se encontró que existen otros factores determinantes como el saneamiento y las condiciones de la vivienda.

Los datos que permitieron llegar a esta conclusión se tomaron de cinco instituciones de salud representativas de Manizales y de las variables de nueve estaciones de medición, también de la ciudad. La ingeniera destaca que gracias a los procesos digitales actuales ahora se puede aplicar el modelo de una manera más efectiva, ya que son más precisos, proporcionan más variables y se cuenta con una mayor vigilancia.

Clima también influye en IRA

Aunque el objetivo inicial de la tesis –dirigida por la profesora Janeth Zambrano y con la colaboración del Hospital de Caldas– era estudiar el caso de la EDA, a medida que avanzaron los estudios también se pudieron relacionar con la infección respiratoria aguda (IRA).

Mediante un modelo matemático aplicado con el programa ArcGIS (software que recoge datos y genera resultados), la magíster identificó que, en relación con el clima, en ciertos periodos aumentan los casos. Además, según la Dirección Territorial de Salud, la atención en servicio de urgencia registró un aumento de IRA.

Se concluyó entonces que las precipitaciones tienen relevancia para la IRA, pues por cada milímetro en condiciones secas aumentaban 18 casos. La investigadora sostuvo que no es usual que en condiciones secas se vea este fenómeno, contrario a las húmedas.

“Con este análisis se pueden tomar acciones de prevención y promoción en cada institución prestadora de salud hacia los usuarios para que –en relación con la variación climática– tomen medidas de barrera, como el vestuario y otros tipos de protección personal.

Articulación de esfuerzos

En desarrollo de su trabajo, la ingeniera Muñoz halló que no había un sistema de datos sólidos para el periodo analizado, pues faltaban distintas variables. Por eso destaca la importancia de que las instituciones de salud generen estrategias para recolectar datos, pues la falta de estos genera errores en los modelos. Por ejemplo, en el primer semestre de 2002 no había cifras suficientes, advierte.

Después de su experiencia, y con las ventajas que ahora representan las cifras oficiales, ella propone que los datos no se tomen por cada hospital, sino por áreas geográficas.

“Así, se podrá ver qué áreas de la ciudad tienen mayores índices de enfermedad diarreica, se puede hacer trazabilidad más fácilmente, ya que el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) reporta todos los datos del paciente, como su ubicación”, explica.

Al respecto, sostiene que aunque se pudo avanzar, es necesario crear más convenios interinstitucionales, pues existen modelos que analizan las precipitaciones, además de modelos epidemiológicos o de tasas de mortalidad, por mencionar algunos, pero es preciso que se trabajen en conjunto.

“Si tuviéramos modelos que relacionaran esas variables podríamos hacer monitoreo o planes de acción, tanto desde la parte ambiental como climatológica, para mitigar esos impactos que genera el clima y tratarlo en conjunto con el área de salud. Si generamos esos datos podemos generar esa sensibilización”, concluye.

BC Noticias

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