NASA apoyará con tecnología espacial monitoreo de biodiversidad colombiana 

Tres proyectos para el monitoreo de la biodiversidad colombiana, propuestos conjuntamente desde el Instituto Humboldt e instituciones de EE.UU, fueron seleccionados en la última convocatoria de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), como apoyo al plan de trabajo del Grupo de Observaciones de la Tierra (GEO, por sus siglas en inglés).

Las propuestas serán financiadas por la NASA durante los próximos tres años, y desarrolladas en colaboración con el American Museum of Natural History, el Instituto Max Plank y las universidades City of New York, Pace, Yale, Temple y Northern Arizona.

Se trata de iniciativas que integrarán las observaciones terrestres para la toma de decisiones en cuanto a la gestión y conservación de la biodiversidad colombiana, consolidarán una red nacional de observación de la diversidad biológica, y desarrollarán herramientas informáticas que formen mapas de distribución de especies y de estructura de hábitats a partir de imágenes satelitales, entre otras actividades.

La convocatoria buscaba proyectos que apoyaran la gestión de GEO, una red global de observaciones satelitales de la Tierra financiada por agencias espaciales como la NASA y ESA (European Space Agency), y cuyos enfoques de trabajo giraran en torno a temas relacionados con agricultura (seguridad alimentaria), clima, salud, biodiversidad, energía, desastres, desarrollo urbano e infraestructura.

Para este año, explica María Cecilia Londoño, investigadora del Instituto Humboldt y coinvestigadora de dos de las tres propuestas seleccionadas por la NASA, “todos los proyectos financiados para Colombia están enfocados en el área de biodiversidad”.

Los tres proyectos del Humboldt seleccionados por la NASA serán desarrollados en asocio con universidades norteamericanas, uno de los requisitos de la convocatoria. En el caso del indicador de degradación de ecosistemas que el Humboldt desarrollará colaborativamente, se utilizará información suministrada por un satélite de la NASA: GEDI (Global Ecosystem Dynamics Investigation, por sus siglas en inglés).

GEDI, inquilino de la Estación Espacial Internacional, registra imágenes terrestres para investigar sobre las dinámicas de los ecosistemas globales y, de esta manera, obtener información en cuanto a temas de degradación. Este satélite ha revolucionado el monitoreo de los bosques tropicales, pues a través de disparos de rayos láser hacia las copas de los árboles de nuestro planeta, toma mediciones a escala detallada de su altura y estructura interna.

Foto: cortesía Presidencia de Colombia

El uso de esta tecnología traerá ventajas al país gracias a sus sensores activos capaces de traspasar nubes, condición particular en Colombia donde existen sitios de profusa nubosidad. Así pues, “las imágenes 3D de la vegetación nos permitirán, al apartar este obstáculo, obtener informes más completos de degradación en referencia a la topografía, disponibilidad de agua y temas de carbono asociado a los bosques”, según la investigadora Londoño.

En cuanto a la propuesta para la integración de observaciones de la Tierra en la toma de decisiones sobre la gestión y conservación de la biodiversidad colombiana, este proyecto desarrollará un sistema que facilitará la integración, proceso y análisis de información proveniente de sensores remotos (Earth observations) en una plataforma que sea insumo al momento de decidir de manera informada sobre la diversidad biológica nacional.

La información será integrada en cuatro módulos: uno sobre estado de conservación de la biodiversidad; otro relacionado a motores de cambio climático y humano en los ecosistemas; un tercero tiene que ver con los impactos futuros de cambio uso del suelo sobre la diversidad biológica; y, finalmente, la identificación de áreas prioritarias de evaluación y monitoreo.

De esta manera, el país será pionero en el uso y análisis de información de punta a nivel de sensores remotos o de satélites para temas relacionados con biodiversidad cuyos resultados tendrán incidencia directa en el territorio colombiano.

A su vez representará una oportunidad de visibilización para que agencias o instituciones internacionales conozcan la gestión del Humboldt y se animen a financiar, por ejemplo investigaciones de este nivel en Colombia, con mayores recursos. Al respecto opina Londoño: “esto nos da una posibilidad enorme en las redes internacionales de información y análisis espacial de diversidad biológica y ambiente que, por lo general, enfocan sus temas a monitoreo de cobertura (como el que realiza el Ideam), estudios de agua o de agricultura, pero que en cuanto al uso de contenidos satelitales aplicables en temas de biodiversidad todavía son débiles”.

Alrededor de 200 proyectos se presentaron en esta convocatoria para el desarrollo de procesos de investigación en temas de biodiversidad con el uso de tecnología de la NASA, y tres de los seleccionados este año tienen lugar en nuestro territorio con un socio colombiano (en este caso el Instituto Humboldt), “un hecho importante para el país” menciona la investigadora del Humboldt, “más por el prestigio científico de la NASA, conocida además por sus procesos rigurosos desde el punto de vista académico para la selección de propuestas en sus distintas convocatorias”.

En el caso del proyecto de creación de un software para evaluar indicadores de cambio de la biodiversidad, su coinvestigador Jorge Velásquez, del Instituto Humboldt, cuenta que “se pondrá a disposición de practicantes de conservación una caja de herramientas informáticas llamada Wallace (en honor al padre de la biogeografía, Alfred Rusell Wallace), la cual incorpora adelantos recientes en el modelamiento para el desarrollo de mapas de distribución de especies e indicadores del estado de la diversidad biológica, que se nutren del creciente flujo de datos disponibles en repositorios globales y nacionales (como el Acceso Libre y Gratuito a los Datos de Biodiversidad GBIF y el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia SiB) y de observaciones del sistema terrestre mediante satélites”.

Al ponerlo en marcha se espera, a nivel global, cerrar la brecha entre el creciente número de datos y métodos desarrollados por la comunidad científica, y la celeridad con que ocurren los procesos de cambio ambiental, “así facilitaremos a las agencias implementadoras de proyectos de conservación, un conjunto de herramientas de vanguardia y capacitación para medir y monitorear de forma más eficiente el estado de la biodiversidad y los procesos que las afectan”, sentencia Velásquez.

A nivel nacional, según el investigador, este proyecto permitirá avanzar en el desarrollo del atlas nacional de biodiversidad mediante la integración de software como Wallace y BioModelos, y de indicadores de estado y tendencia de la diversidad biológica a nivel de especies y comunidades facilitando, entre otras cosas, la evaluación de su riesgo de extinción.

Entre los demás proyectos internacionales elegidos por GEO NASA están aquellos orientados a la seguridad alimentaria y agricultura sostenible, redes de observación de la diversidad biológica, apoyo a comunidades indígenas en gestión territorial, vigilancia en salud, conservación de ecosistemas, gestión sostenible del agua, pronóstico e impacto de inundaciones súbitas, aumento de resiliencia energética, paisajes marinos, y otros.

Tras recibir retroalimentación, por parte de la NASA, el Humboldt trabaja desde ahora con las entidades estadounidenses para poner las propuestas en marcha hacia enero de 2018. La primera en dar inicio será la relacionada con el sistema de soporte para la toma de decisiones, la cual se realizará en asocio con la red PEACE (Plataforma para análisis ecológicos de los ecosistemas colombianos) conformada por académicos de las universidades Nacional de Colombia, de los Andes, del Rosario, Industrial de Santander, de Medellín, entre otras, quienes darán soporte a los análisis con el fin de elaborar síntesis de datos sobre biodiversidad.

Los resultados del desarrollo de los proyectos quedarán para uso y consulta pública. La idea, entonces, será diseñar un portal en el cual academia y autoridades ambientales accedan a la información de la NASA u otras organizaciones, se contraste con datos disponibles en la red institucional de referencia del Humboldt, se desarrollen análisis en sistemas de procesamiento de datos y luego se obtengan indicadores de biodiversidad.

De esta manera, “la parte académica podrá ‘jugar’ con esas distintas variables, y sobre estas obtener información específica. En el caso de las autoridades ambientales, tendrán la posibilidad de hallar información específica para su jurisdicción y, en torno a ellas, conseguir respuesta. Así que diseñaremos un sistema con un tipo de análisis predeterminado para los tomadores de decisión en temas de degradación, conservación, riesgo de pérdida de diversidad biológica, drivers de transformación y alternativas de respuesta para determinar áreas protegidas”, puntualiza Londoño.

BC Noticias

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